Diseño de Sistemas Dinámicos

Artículo completo escrito por Oscar Cuevas en el número de la revista TRADERS’ de Julio-Agosto (páginas 36-41). Regístrate en www.traders-mag.es de manera completamente gratuita para acceder a su contenido.

 

Diseño de Sistemas Dinámicos

Detallando las características que definen a nuestra estrategia

por Óscar Cuevas
Desarrollador de Sistemas de Visual Chart

Durante los seminarios en los que enseño a nuestros usuarios nociones básicas de programación de sistemas, uno de los puntos fundamentales que suelo destacar es la importancia de detallar, previamente al desarrollo, las características que definen a nuestra estrategia, tales como si trabaja en intradía, si permitiremos la operativa a corto, si aplicaremos stops de protección y objetivo, y sobre todo, si será un sistema a favor o en contra de la tendencia principal.

Respecto a éste último punto, es interesante observar que, efectivamente, la mayoría de los sistemas que podemos encontrar (al menos aquellos que han sido publicados) se localizan dentro de uno de estos dos grupos: aquellos que esperan la confirmación de una dirección de los precios para posicionarse a favor de dicho movimiento (Imagen 1), o aquellos que actúan tratando de localizar la zona de agotamiento de dicho impulso, y por tanto, buscando la mejor posición para entrar en sentido contrario (Imagen 2).

 

 

Por norma general, se aconseja siempre trabajar siguiendo la tendencia, y nunca queriendo vencer al mercado, por lo que cabe pensar que las estrategias con una filosofía tendencial tendrán un mayor éxito a largo plazo y disminuirán el riesgo de la inversión.

No obstante, observamos que hay ciertos productos en los que este tipo de estrategias suele generar un alto grado de entradas en falso por circunstancias del movimiento oscilatorio de sus precios: En tales escenarios, las estrategias antitendencia consiguen obtener un porcentaje más elevado de aciertos (Imagen 3).

La solución que se suele dar es que adaptemos cada estrategia al valor sobre el que se aplica: Es decir, que si conocemos de antemano el modo en el que se comportan los precios en cada caso, podremos saber qué tipo de sistema tendrá más posibilidades de obtener una mayor tasa de acierto.

Durante este artículo, les voy a exponer una idea que en alguna ocasión he tratado durante las clases y que encuentro interesante: efectivamente, si conocemos de antemano la estructura de un activo, sabremos qué clase de sistema se adapta mejor a él. Pero ¿y si consiguiéramos que el sistema detectara el comportamiento de los precios y actuara en consecuencia? A este concepto de sistema adaptable es a lo que nos referiremos como Sistema Dinámico.

El Sistema Dinámico
Por norma, si observamos que un impulso está creciendo con fuerza, en cualquier caso deberemos aprovechar la tendencia entrando a favor del movimiento.

Por otro lado, cuando la tendencia muestra síntomas de debilidad o sencillamente la direccionalidad es inexistente, normalmente se aconseja no actuar o permanecer fuera de mercado durante estos momentos; Sin embargo, lo que vamos a plantear aquí va a ser aprovechar también dichos intervalos operando en contra cuando detectemos las zonas de sobrecompra y sobreventa (Imagen 4).

 

Cabe mencionar que no entramos en debates acerca del método de salida, ya que cada inversor debe elaborar el método que crea más conveniente en función del riesgo que quiera correr.

Como vemos, en realidad, el concepto es sencillo: En lugar de considerar de antemano un comportamiento estático en el movimiento de los precios, planteamos que dicho comportamiento irá variando a lo largo del histórico, y que por tanto, el sistema se debe adaptar a cada situación de manera que pueda aprovechar al máximo las características de cada entorno.

La idea vemos que es bastante interesante y que efectivamente, desde el punto de vista teórico, puede conseguir minimizar el número de entradas falsas respecto a otro tipo de sistemas.

No obstante, el éxito de este método dependerá notablemente de una pieza clave: la herramienta que seleccionemos para determinar la fuerza de las tendencias.

 

Los indicadores de fuerza: el ADX
Cualquier sistema de trading que se precie, debe seguir una serie de reglas claramente descritas que hay que respetar en todos los casos. Esto implica que a la hora de diseñar una estrategia, la toma de decisiones debe de depender de factores puramente cuantificables.

Es por ello que las funciones y datos que configuran las reglas de un sistema suelen basarse en indicadores. Estas herramientas las podemos visualizar sobre los gráficos, lo que nos sirve de referencia para verificar los resultados de las estrategias.

Existen infinidad de indicadores, y cada uno aporta una información concreta sobre sucesos que ocurren en el gráfico.

Entre ellos, podemos encontrar los indicadores de fuerza, cuya función es la de reflejar la fortaleza de la tendencia, lo que se traduce en una tasa de probabilidad de la continuidad de dicho movimiento.

De todos los indicadores de fuerza que hay, nos vamos a centrar en el ADX, por ser el más utilizado y conocido de los de su tipo.

El ADX (o Average Directional Movement Index) fue ideado por J.Welles Wilder como método para señalar la existencia de tendencia e indicar la posible fuerza de la misma. La información que aporta no especifica si el movimiento es a la baja o al alza, sino el valor de la direccionalidad del movimiento: Cuanto mayor sea la pendiente positiva dibujada por el indicador, mayor será la direccionalidad, y por tanto, mayor la probabilidad de continuación de la tendencia (Imagen 5).

Como vemos, la filosofía del ADX nos viene como anillo al dedo para nuestro método de estrategia dinámica: Lo que vamos a hacer es usar la información que nos aporta el indicador como señal de cambio del tipo de estrategia.

Anteriormente decíamos que las reglas de todo sistema deben ser cuantificables: Por tanto, tomaremos un nivel fijo con el que comparar el ADX como punto de inflexión. Este nivel será el que se considera comunmente como punto a partir del cual podemos considerar que el ADX detecta un mercado en tendencia y un posible aumento de la volatilidad. Dicho valor se suele establecer en 25.

Parece claro que, cuando se da la situación contraria, es decir, cuando el ADX es inferior a 25, indica un mercado sin tendencia o de tendencia débil.

Ya tenemos, por tanto, nuestro filtro de referencia cualitativo que nos va a permitir elegir entre un tipo de estrategia u otro.

Obviamente, este filtro no será infalible, ya que habrá situaciones en las que el ADX marque un nivel de fuerza concreto y sin embargo no sea cierto; Pero como decimos, se trata de establecer algún criterio cuantificable para el cambio de estrategia (Imagen 6).

Como es evidente, si encontramos un indicador que mejore las prestaciones del ADX no hay ningún problema en sustituirlo y continuar con el resto de la estrategia siguiendo exactamente los mismos pasos.

Pasemos a continuación a explicar cómo desarrollaríamos el sistema dinámico.

Diseño de la Estrategia
Ya hemos dicho que el punto central de este método será el estudio del ADX (o del indicador de fuerza que escojamos). Una vez hecho esto, el paso siguiente consistirá en definir los criterios de entrada para cada una de las estrategias (a favor y en contra de tendencia).

Existen diversos métodos de estrategia de uno y otro caso, y cualquiera de ellos nos sería válido. De hecho, lo interesante de ésta idea es que podamos combinar dos pares de estrategias inversas cualquiera y ver con qué conjunto se obtiene mejores resultados.

Como al principio de este artículo hemos visto un par de ejemplos, vamos a aprovechar esa información para usarla como referencia.

Concretando, la idea sería la siguiente:

1. Cuando el ADX indique direccionalidad (valor superior a 25) usaremos la estrategia tendencial. Usando el ejemplo, entraremos a favor del cruce de la media con el precio una vez rompa un nivel de máximos o mínimos (Imagen 7).

2. Cuando el ADX indique tendencia débil (valor inferior o igual a 25) usaremos la estrategia antitendencial. Usando el ejemplo,  entraremos a largo cuando el RSI entre en zona de sobreventa y a corto cuando entre en zona de sobrecompra (Imagen 8).

La aplicación de la estrategia dinámica debería de mejorar las prestaciones del mejor de los dos sistemas individuales (Imagen 9).

 

Conclusiones
La idea principal del artículo ha sido plantearles el concepto de estrategia dinámica, aclarando que el ejemplo que hemos visto es sólo uno de los numerosos métodos que podemos aplicar a esta idea.

Sin embargo, la reflexión general que quisiera trasladar a los lectores es la idea de que las posibilidades que nos ofrecen las estrategias automáticas son cuantiosas: El límite lo establece nuestra imaginación. Por ello, cuanto más investiguemos y probemos diferentes combinaciones, mayores serán nuestras probabilidades de dar con un sistema robusto y de garantías.

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