No digo donde para que no se me tache de propagandista, pero no es mía
El mercado, como Dios, ayuda a los que se ayudan a si mismos.
A diferencia del Señor, nunca perdona a los que no saben lo que hacen.
El mercado, como Dios, ayuda a los que se ayudan a si mismos.
A diferencia del Señor, nunca perdona a los que no saben lo que hacen.