Alcista patológico

[Agente Mulder]

Las salas de interrogatorio siempre me dieron escalofríos. Esas paredes desnudas, las mesas metálicas, el falso espejo, la luz blanca...

Hoy, además, me los producía nuestro interrogado. Llámele "X" porque desconocíamos su nombre. Es más, no se había dignado a mover los labios más allá de lo imprescindible para respirar.

Pasé a mostrarle una serie de gráficos que usamos para estudiar la tendencia psicobandarra de los sospechosos. ¿Sospechoso de qué?... Bueno, el caso es que había sido localizado en Alicante, en lo alto de la Fuente de los Luceros, celebrando el cuarto puesto del Hércules.

El primer gráfico que le enseñé fue el del BBVA. Giré la tablilla y, como un poseso me la arrebató de las manos. Su aspecto desaliñado y pelo ensortijado sobre la cara dejaba entrever, no obstante, un posible origen acomodado. Arrancó un trozo del yeso de la pared y empezó a trazar líneas de tendencia. Exactamente cinco. Las iba modificando a medida que la curva de precios las iba perforando a la baja. Al trazar la última y convencerse que no se había perdido la senda alcista su rostro se recompuso medianamente.


El segundo gráfico que le mostré fue el de Gamesa. La sucesión de líneas giró hasta encontrar una horizontal que repitió machaconamente. Había encontrado su soporte. Respiró hondo.

La tercera tablilla que me arrebató reproducía el gráfico de Telefónica, la cuarta el de Jazztel, así hasta un total de veinte. Y en todas y cada una de ellas encontró una base de canal, un soporte, una prolongación que unía dos crestas, una secuencia de abanicos, un Fibonacci invertido que alejara el demonio de nuevas caídas. El análisis técnico puede ser muy subjetivo pero algunos sujetos resultan extremos.


POR FAVOR, DURANTE LA JORNADA BURSÁTIL... NO LO ABANDONES. ÉL NUNCA LO HARÍA.