Yo también te deseo feliz Navidad.
Pero no creo en tu afirmación de que es más importante el amor que el dinero.
Lo importante es el dinero.
Es fácil comprobarlo.
Pregunta al primero que te encuentres:
¿Prefieres que te de mi amor o prefieres que te de mi dinero?
No hace falta que nos digas la respuesta.
Creo que no lo has planteado bien.
El dinero es tan importante como el amor.
Y tienen una cosa en común.
Solo el que lo tiene lo puede dar.
Lo puede producir, tanto el que lo tiene, como el que no lo tiene.
Pero solo el que lo tiene lo puede dar.
Probablemente lo has dicho con la mejor voluntad.
Son bonitas palabras.
Yo te las agradezco.
Pero son un arma de doble filo.
Porque muchos pueden entender que están dispuestos a dar todo su amor mientras se guardan todo su dinero.
El dinero puede quitar el hambre a muchos y el amor no se lo puede quitar a ninguno.
Lo importante no es el amor, lo importante es DAR.
DAR lo que tienes.
DAR lo que necesita el que lo recibe.
DAR lo que puede recibir el que lo recibe.
Y esa es una importante diferencia entre el amor y el dinero.
Todo el mundo puede recibir dinero.
Pero no todo el mundo puede recibir amor.
El que no lo tiene tampoco lo puede recibir.
Dando amor te puedes equivocar, dando dinero no te equivocarás nunca.
El que viva la Navidad repartiendo todo su amor, mientras se guarda todo su dinero, se equivoca.
Porque dando dinero es posible que produzcas amor.
Pero dando solo amor no vas a producir dinero y tampoco es muy probable que produzcas amor.
No es lo mismo predicar que trigo dar.
Por supuesto el amor está por encima de todo.
Pero si das dinero, aunque lo des con desamor, producirás amor y felicidad en el que lo recibe.
Si no lo has hecho antes, Navidad es un buen momento para empezar
Un saludo
Tom