Lo que nos ha quitado esta crisis.
Publicado: 01 Nov 2008 21:19
Nos han arrebatado nuestro más firme asidero, la base sobre la que sustentábamos nuestra confianza.
En este agnóstico mundo, habíamos perdido la confianza en la providencia. No tenemos la seguridad de la existencia de Dios, que antes nos iba tan bien y que nos han quitado de mala manera, pero había algo que todavía nos mantenía firmes y era la confianza que teníamos en los Bancos.
Las conocidas frases de “me lo ha dicho el del Banco”, “pero como no va a saber eso el Banco”, “seguro que lo hacen bien en el Banco”, y muchas más, eran incuestionables y te dejaban desarmado en cualquier momento en que se te ocurría plantear alguna duda sobre su eficacia.
Yo no era precisamente el típico seguidor que confiaba ciegamente en las entidades financieras, ya que me había dado cuenta de que en cuanto a inversiones eran todos unos ceporros. Los Fondos de Inversión siempre lo hacían mucho peor de lo que pudieras imaginar, por mucha imaginación que tengas, pero eso no mellaba un ápice la confianza que tenía en la ponderada gestión bancaria, con sus análisis de riesgos, sus ratios de solvencia y sus coeficientes de cobertura. Todo esto, de lo que sabíamos sus títulos, porque aparecían a menudo en las revistas de inversión y en las páginas de Internet, y de lo que no teníamos ni idea de lo que era, pero que nos afianzaba en nuestra fé sobre su solidez e invulnerabilidad.
Y de repente, ¡crash!. Es una bonita palabra anglosajona que nos suena a rotura de la madera de un banco. Lo que cuentan que hacían los judíos de Medina del Campo, inventores de la banca, cuando se declaraban en bancarrota. Posiblemente rompían el banco en el que hacían sus negocios en la cabeza de algún deudor, o de varios, si tenían suerte.
A mí me han cogido en pelotas. Todavía no me puedo creer que Lehman y Fortis hayan cascado. He mantenido durante años la idea de que, especules ó no, hacerlo siempre con una acción que tenga buenos fundamentales, que baje lo que baje, pero que nunca quiebre, ya subirá luego. Pues me han quitado los fundamentales, en los que he basado mi vida, en cuestión de dos meses.
Por mucho que suba la Bolsa, ya no volveremos a ser los mismos. En las crisis anteriores, mucha gente perdió su dinero, y se dieron verdaderos dramas con las punto.com, como Terra, pero en esta crisis además del dinero hemos perdido la inocencia, la seguridad, la confianza, la fé, el alma.
En este agnóstico mundo, habíamos perdido la confianza en la providencia. No tenemos la seguridad de la existencia de Dios, que antes nos iba tan bien y que nos han quitado de mala manera, pero había algo que todavía nos mantenía firmes y era la confianza que teníamos en los Bancos.
Las conocidas frases de “me lo ha dicho el del Banco”, “pero como no va a saber eso el Banco”, “seguro que lo hacen bien en el Banco”, y muchas más, eran incuestionables y te dejaban desarmado en cualquier momento en que se te ocurría plantear alguna duda sobre su eficacia.
Yo no era precisamente el típico seguidor que confiaba ciegamente en las entidades financieras, ya que me había dado cuenta de que en cuanto a inversiones eran todos unos ceporros. Los Fondos de Inversión siempre lo hacían mucho peor de lo que pudieras imaginar, por mucha imaginación que tengas, pero eso no mellaba un ápice la confianza que tenía en la ponderada gestión bancaria, con sus análisis de riesgos, sus ratios de solvencia y sus coeficientes de cobertura. Todo esto, de lo que sabíamos sus títulos, porque aparecían a menudo en las revistas de inversión y en las páginas de Internet, y de lo que no teníamos ni idea de lo que era, pero que nos afianzaba en nuestra fé sobre su solidez e invulnerabilidad.
Y de repente, ¡crash!. Es una bonita palabra anglosajona que nos suena a rotura de la madera de un banco. Lo que cuentan que hacían los judíos de Medina del Campo, inventores de la banca, cuando se declaraban en bancarrota. Posiblemente rompían el banco en el que hacían sus negocios en la cabeza de algún deudor, o de varios, si tenían suerte.
A mí me han cogido en pelotas. Todavía no me puedo creer que Lehman y Fortis hayan cascado. He mantenido durante años la idea de que, especules ó no, hacerlo siempre con una acción que tenga buenos fundamentales, que baje lo que baje, pero que nunca quiebre, ya subirá luego. Pues me han quitado los fundamentales, en los que he basado mi vida, en cuestión de dos meses.
Por mucho que suba la Bolsa, ya no volveremos a ser los mismos. En las crisis anteriores, mucha gente perdió su dinero, y se dieron verdaderos dramas con las punto.com, como Terra, pero en esta crisis además del dinero hemos perdido la inocencia, la seguridad, la confianza, la fé, el alma.