Rafa7 escribió:Spirit escribió:
La pregunta es saber que grado de fiabilidad tienen esas entradas "aleatorias"
Son las salidas las que hacen que las entradas sean mas fiables o menos. jejeje.
Cuando dije eso estaba pensando en que MAE y MFE tenían esas entradas aleatorias. Si el MFE es muy pequeño respecto al MAE, poco se puede hacer o al menos es muy complicado encontrar un setup de salida que aporte rentabilidad sostenida en el tiempo. Pero vamos, esto es extensible a cualquier otro sistema de entrada/salida única.
El debate de si son más importantes las entradas que las salidas es perverso y falácico por definición. Es el típico debate con el que en la antígua Grecia gozaban escuchado en las plazas a los grandes maestros de la retórica, cuando la demagógia era un arte que aplaudían, cuando el uso del "pathos" era tan importante como el uso del "logos" y del "ethos". Cualquier orador de la época hubiera disfrutado defendiendo cualquiera de las dos posturas, porque ambas tienen argumentos abundantes para utilizar en su defensa.
¿Son más importantes las entradas? En teoría si tenemos un sistema de entradas perfecto, no es que sea importante, es que sería lo único importante (1º extremo)
¿Son más importantes las salidas? En teoría si tenemos un sistema de salidas, capaz de detectar muy, muy pronto cuando una entrada es mala, no necesitamos más, las entradas las podríamos hacer al azar perféctamente. Con aprovechar tan sólo una parte no muy grande del MFE de cada entrada buena sería suficiente para ganar. (2º extremo)
¿Cual es la realidad? Que ni lo uno ni lo otro es viable, nadie puede diseñar sistemas tan perfectos y todos los sistemas andan por ahí en medio. Dependiendo de si están en medio justo, o más a un lado o a otro, las entradas adquieren mayor o menor importancia que las salidas y viceversa.
Por eso, lo mínimo que hay que hacer previamente a discutir esta cuestión es plantear sobre que sistema o "tipo de sistemas" vamos a realizar el estudio/debate/discusión. Sino es ir argumentando por argumentar sin tener la posibilidad de que ningún discurso sea vencedor (matemáticamente hablando)