Teóricamente para dar por finalizadas las caídas tenemos que esperar a que los precios vayan realizando movimientos que puedan considerarse figuras de vuelta al alza antes de entrar compradores a largo plazo.
Sin embargo en la situación actual del mercado nos vamos a encontrar con un gran problema que la mayoría de los analistas técnicos no conocen. Y es que en el anterior gran suelo de mercado (año 2002) los índices, con el Ibex a la cabeza, realizaron una figura de vuelta al alza clarísimamente identificable. Una figura de doble suelo en los mínimos absolutos…

... dentro de una figura de suelo a modo de taza con asa de gran magnitud.

El mercado nunca repite un patrón similar. Pero no ya porque ahora debamos esperar una figura de vuelta distinta a la del año 2.002. Sino porque ahora debemos trabajar con la probabilidad de que dicha figura de vuelta no se produzca. Simple y llanamente que, llegado el caso, veamos un giro violento al alza. Un movimiento que en análisis técnico se denomina Vuelta en “V” y que es el giro más difícil de aprovechar.
En el techo del año pasado comentábamos que el 16.000 era la zona límite, y nos tuvo todo un año haciendo un techo antes de girarse a la baja. En la caída que estamos viviendo también va a existir esa zona límite. Y el giro al alza habrá que confirmarlo más que mirando al precio, mirando a la volatilidad.
Si hemos visto que durante todos estos meses los indicadores de volatilidad han reflejado de forma inapelable que no había un giro al alza de largo plazo, es más que probable que cuando vaya a producirse, estos indicadores sí indiquen esta circunstancia.

De manera que fijaremos esa zona límite y vigilaremos los indicadores de volatilidad. Si finalmente el precio respeta esa zona y posteriormente vemos que la volatilidad se reduce, comprobaremos que hemos podido asistir a un suelo sin figura de vuelta al alza.
Pero un suelo.
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