Un Indicador Adelantado para Forex

Los mercados financieros funcionan actualmente con una enorme red interconectada. Frecuentemente vemos como los precios de las commodities y de los futuros tienen su impacto sobre las divisas y viceversa. Del mismo modo parece existir una relación entre el comportamiento de las divisas y los diferenciales de tipos de los bonos: así, la cotización de las divisas tiene su impacto en las decisiones de política monetaria de los bancos centrales; pero las decisiones de política monetaria también tienen su impacto en el mercado de divisas. Por ejemplo, una divisa fuerte puede ayudar a contener la inflación mientras que una divisa débil tendría el efecto contrario. Los bancos centrales lo saben y utilizan esta relación a su favor como una forma indirecta de política monetaria. El análisis de todas estas relaciones en busca de patrones nos puede permitir detectar algún comportamiento con el que poder obtener beneficios.

¿Qué tienen que ver los tipos de interés con las divisas?
Para ver cómo los tipos de interés son una causa importante del comportamiento de las divisas, podemos echar un vistazo al pasado más reciente. Tras el pinchazo de la burbuja tecnológica del año 2000, los traders pasaron de buscar el mayor rendimiento posible a tratar de preservar el capital. Pero dado que EEUU estaba ofreciendo un interés por debajo del 2%, muchos hedge funds y otros agentes del mercado comenzaron a mirar en otros mercados en busca de mayores rentabilidades. En aquella época, Australia contaba con un perfil de riesgo similar al de EEUU y ofrecía un 5%, por lo que grandes cantidades de dinero fueron convertidas a dólares australianos.

Este gran diferencial en los tipos de interés supuso el inicio del conocido como «carry trade», es decir, arbitraje entre tipos de interés que además trata de aprovechar la tendencia de las divisas involucradas en dicho arbitraje. Este tipo de operativa implica la compra de una divisa, la que mayor rentabilidad ofrece, y la venta simultánea de otra cuyo tipo de interés sea sensiblemente inferior al de la primera. Generalmente la divisa que se suele vender es el yen japonés o el franco suizo por sus bajos tipos de interés. Este tipo de estrategias es la que ha provocado que cruces de divisas como AUD/JPY, AUD/USD, NZD/USD y USD/CAD hayan experimentado un periodo alcista en los últimos años.

Sin embargo, a los inversores particulares nos resulta muy complicado mover dinero rápidamente entre países ya que no contamos con los spreads que manejan los institucionales ni disponemos de acceso rápido y barato a muchos mercados financieros del otro extremo del globo.

Lo que sí podemos hacer los inversores particulares es aprovechar los efectos producidos por estos movimientos de dinero simplemente monitorizando los diferencias de rendimientos de los bonos, los cuales reflejarán en buena medida las expectativas de los agentes sobre el futuro de los tipos de interés en cada país. En el siguiente gráfico podemos ver la fuerte correlación existente entre el diferencial de tipos entre EEUU y Australia de los bonos a 5 años y el cruce AUD/USD entre los años 1989 y 2004.

 

En él pueden observarse dos periodos claramente diferenciados: así, entre 1989 y 1999 el diferencial de los bonos no paraba de bajar a la par que el valor del AUD frente al USD. Sin embargo en el verano de 2000, tras repuntar el diferencial de rentabilidades, el AUD comienza a apreciarse frente al USD. Cuatro años después, un aumento de 2.5 puntos en el diferencial se traduce en una subida del 37% en el cruce AUD/USD. Por supuesto, si hubiéramos entrado con el repunte del diferencial en el año 2000, no sólo habríamos disfrutado de la subida sino de los intereses que habría generado nuestra posición.

Por supuesto, esta relación no es exclusiva del AUD/USD; el patrón podemos encontrarlo en otros cruces habitualmente negociados por los carry traders hace unos años, tales como USD/CAD, NZD/USD y GBP/USD. Por ejemplo, vean el siguiente gráfico del diferencial entre bonos estadounidenses y neozelandés a 5 años frente al cruce NZD/USD.

 

En este gráfico se aprecia mejor la capacidad de anticipación sobre la divisa que tiene el diferencial de tipos. Tras producirse un suelo en el diferencial en la primavera de 1999, el cruce NZD/USD no hizo frenó su caída hasta el otoño de 2000. Del mismo modo, mientras que el diferencial de tipos comienza a escalar posiciones en el verano de 2000, el NZD/USD no inicia un importante tramo alcista hasta el otoño de 2001.

En general, los diferenciales de rentabilidades a 5 y 10 años son un indicador a tener en cuenta cuando trabajamos con divisas. La regla a utilizar es que cuando el diferencial comienza a aumentar en favor de una determinada divisa, entonces dicha divisa comenzará a apreciarse frente al resto en el medio plazo.

Otros factores a considerar
Sin embargo, tal y como deciamos al principio, no debemos olvidar que también los cambios en expectativas sobre la política monetaria afectan al comportamiento de las divisas. El siguiente gráfico es un ejemplo de ello:

 

De acuerdo con el gráfico, los cambios en el sesgo de la política monetaria de la Fed tienen claras implicaciones en el comportamiento del USD. Así, en 1998 cuando la Fed anunció que el sesgo de la política monetaria pasaba a ser neutral desde alcista el dólar comenzó a bajar antes de que la Fed bajara efectivamente tipos. Lo mismo sucedió cuando a finales de 1999 la Fed pasó de tener sesgo neutral a alcista (los tipos fueron tirando al alza del valor del dólar) y a comienzos de 2001 cuando la Fed adoptó un sesgo bajista desde alcista (observen como los tipos de los fondos federales caen bruscamente ante el anuncio del cambio de sesgo mientras que el dólar no reacciona hasta finales de 2001).

Pero esta estrategia, ¿funciona siempre?
Ni mucho menos esto es el Santo Grial. El fallo de una estrategia basada en este tipo de relaciones puede deberse a los siguientes factores:

  • Impaciencia: tal y como hemos visto en los ejemplos anteriores, las relaciones detectadas suelen ser útiles en el largo plazo, pasando incluso hasta un año hasta que se produce el giro. Si un trader no es capaz de aguantar una posición de 6 a 12 meses, posiblemente ésta no sea su estrategia.
  • Exceso de apalancamiento: un trader excesivamente apalancado respecto a su capital no podrá soportar las fluctuaciones del corto plazo, ya que posiblemente su broker le cierre la posición antes de que se produzca el giro de mercado.
  • La renta variable se vuelve más atractiva: si una economía muestra signos de recuperación y los mercados de acciones inician un rally alcista, muchos inversores comenzarán a demandar la divisa de dicha economía, incluso aunque los tipos de interés sean muy bajos. Esto es lo que sucedió a comienzos de 2004 en Japón.
  • Entorno de riesgo: este tipo de estrategias basadas en diferenciales de rentabilidades funcionan peor en escenarios de aversión al riesgo. Ello se debe a que en aquellos momentos del tiempo en los que existe un menor miedo al riesgo, los inversores tienden a reequilibrar sus carteras, vendiendo activos con poco riesgo o de gran valor y comprando activos de alto riesgo o bajo valor. Por ello, si apenas existe aversión al riesgo, los inversores comprarán aquellas divisas más arriesgadas, las cuales generalmente ofrecen mayores rentabilidades para compensar el riesgo de depreciación soportado.

    De hecho, muchos bancos de inversión han desarrollado diferentes medidas para la aversión al riesgo, que incorporan factores tales como diferenciales entre tipos de interés de mercados emergentes, diferenciales de swaps, diferenciales de bonos de alto rendimiento o la volatilidad del mercado. En general, cuando los diferenciales y la volatilidad de los mercados se reducen, entonces estaremos en un entorno de aversión al riesgo.

Un saludo,
X-Trader
 

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