Orgullo, Arrepentimiento y Ataduras

En el largo plazo, la mente humana tiende a lo que se denomina el efecto predisposición. La idea es que estamos sesgados o predispuestos a evitar el arrepentimiento y actuamos de acuerdo con dicha idea. Por ello, actuamos manteniendo de forma pasiva una posición perdedora de tal forma que evitamos el arrepentimiento que sentiriamos si cerramos dicha posicion; esto explica porque somo capaces de mantener aquellas Terras compradas a 90 € y no nos importa verlas caer hasta los 5 €. Por supuesto, también actuamos así cuando tenemos una posición ganadora y decidimos cerrarla rápidamente a fin de sentir el orgullo de haber ganado algo de dinero.

Alguien podría preguntarse si entonces resulta que no sentimos miedo ante una posición perdedora. Por supuesto que sentimos miedo pero se trata de un miedo de tipo financiero, no emocional. En el mercado, parece ser que el efecto predisposición nos permite tolerar con mayor facilidad este miedo financiero que el miedo emocional que sentimos a equivocarnos si cerraramos la posición perdedora. Somos capaces de racionalizar mediante excusas una posición perdedora sin cerrarla. Sólo cuando reconocemos nuestra equivocación y nos vemos forzados a cerrar la posición perdedora es cuando sentimos el peso del arrepentimiento.

A este defecto que tenemos a la hora de operar, se une el efecto de atadura emocional que sentimos por algunas acciones (por ejemplo, el particular que piensa que Terra es una empresa maravillosa que dará beneficios un día de estos o que Zeltia se multiplicará por 10 en los próximos años), filtrando todo aquello que nos parezca negativo respecto a nuestras «maravillosas» acciones. En definitiva, «amar a nuestras acciones pero nunca abandonarlas» 😉

Por tanto, será un buen trader aquel que sepa superar este pequeño defecto de la mente humana, tolerando la pérdida y pensando en el siguiente movimiento. Ello por supuesto se logra situando stops de pérdidas tan pronto como entramos en el mercado, fijando cuánto estamos dispuestos a perder (y no vale el 100% de nuestro capital ni mucho menos).

Un saludo
Psyke

COMPARTIR EN: