La Deconstrucción del Análisis Técnico

 A pesar de lo que van a leer a continuación quiero que sepan que yo opero sobre la base de análisis técnico casi exclusivamente. No porque sea la mejor herramienta sino porque es la menos mala. Y su punto de partida, considerar el precio como un resumen de una situación compleja me parece un buen enfoque. Sin embargo, después de tantos años y tantos autores, todavía no se ha avanzado en aspectos claves como los siguientes.

La misma herramienta para diferentes mercados.
¿Qué tienen que ver los fundamentales que mueven los mercados de acciones con los de las divisas o el petróleo? Pensemos, por ejemplo, en las acciones: generalmente los gráficos de este tipo de productos muestran movimientos alcistas cuya longitud es menor que la de los movimientos bajistas, las tendencias alcistas que se desarrollan lentamente, las tendencias bajistas por el contrario se desarrollan de forma violenta, existen periodos de tranquilidad en los que el mercado se mueve en rango, etc.

Sin embargo, los mercados de commodities tienen tendencias muy definidas a largo plazo, violentos movimientos en ambas direcciones, giros inesperados, rangos muy amplios; las subidas y bajadas tienen una longitud similar y, al contrario que en el caso de las acciones, las subidas pueden ser rápidas y las caidas lentas.

Lógicamente tanto las formaciones chartistas como el comportamiento de los osciladores y las medias pueden ser muy diferentes dependiendo del mercado que estemos considerando; incluso algunos podrían no ser válidos en determinadas situaciones. Por tanto, sería recomendable catalogar el comportamiento de cada mercado antes de proceder a su análisis.

Entender la verdadera naturaleza del mercado.
Algunos analistas afirman que los movimientos del mercado son el resultado de la acción humana y que pueden considerarse un fenómeno de la naturaleza, no algo artificial. Los analistas tratan de encontrar el orden donde quizás no exista o no pueda existir (por ejemplo, con las Ondas de Elliott o la serie de Fibonacci). Incluso se ha tratado de aplicar la teoría del caos y la geometría fractal, las cuales aunque no tienen nada que ver con los mercados ya que dichas técnicas se utilizan para describir objetos muy diferentes de los mercados.

Tal y como señala Bill Williams (autor sobre el que llevo cierto tiempo pensando escribir un artículo bastante crítico) en su libro Trading Chaos, «Mandelbrot descubrió que las variaciones en las corrientes de un rio presentan una estructura muy similar a las de los mercados por lo que podemos concluir que los mercados son un fenómeno natural y no un proceso creado por nuestro cerebro». Tenemos aquí en acción la falacia lógica de la inferencia: diferentes sistemas regidos por diferentes reglas producen comportamientos muy similares lo que nos hace creer que funcionan de la misma forma aunque no sea exactamente así.

Bien, démosle la vuelta a la tortilla. Veamos el siguiente razonamiento que nos permitirá entender fácilmente dicha falacia:

Los loros comen cáñamo;
Los loros pueden vivir 300 años;
Luego, si yo como cáñamo viviré 300 años también.

¿Lo ven? No tiene sentido.

En definitiva: no existe aún una teoría que sea capaz de describir los mercados, los cuales no pueden ser reducidos a simples leyes naturales, psicológicas o financieras. Los mercados son sofisticados sistemas que siguen sus propias reglas. Y si de verdad se rigen por la Onda de Elliott, por favor, demuéstrenlo!!! Claro que existen relaciones de Fibonacci entre los movimientos del mercado: existirán siempre que haya un analista que las busque porque existe una amplia diversidad de movimientos en los mercados. Del mismo modo, si existe un fractal perfecto que rige los mercados, entonces muéstreme las ecuaciones que rigen dicho fractal. Claro que, si se fijan bien, verán que todas las teorías acerca de ondas, fractales y números mágicos no tienen base científica alguna.

De esta forma, al no conocer la verdadera naturaleza del comportamiento de un mercado supone tener dificultades a la hora de explicar por qué sube o baja. Desde luego el mercado no se mueve por fuerzas misteriosas o emociones de las masas; tendría más sentido afirmar que lo que lo mueve los mercados de acciones son los flujos de capital, mientras que es la ley de oferta y demanda la que domina en los mercados de commodities.

Otro aspecto que nunca se ha interpretado correctamente es el volumen. La mayor parte de indicadores que lo analizan, como el On Balance Volume (OBV) u otros similares, suelen relacionar precio y volumen. Sin embargo, no tiene mucho sentido por ejemplo multiplicar dos cosas diferentes. Si multiplicamos el número de manzanas que tienen varias personas obtendremos un total de manzanas; sin embargo, si multiplicamos ovejas por mesas, el resultado no tiene sentido al igual que sucede con las diferencias de precio y el volumen.

El valor del tiempo.
Actualmente el análisis técnico ha llegado a un punto en el cual precio y tiempo tienen casi el mismo significado. Por ejemplo, cuando trazamos una directriz alcista con un ángulo de 45º en un gráfico, lo que queremos decir es que por cada una unidad de tiempo que pasa, el precio se mueve una unidad monetaria, por ejemplo un céntimo de euro. Elder en su libro Trading for a Living incluso va más allá diciendo que «existen diferentes técnicas para proyectar la extensión de la rotura de un rectángulo. El objetivo mínimo se obtiene midiendo la altura del rectángulo y proyectándolo desde el nivel que se ha roto; por su parte, el objetivo máximo se obtiene tomando la base del rectángulo (esto es, el tiempo que ha tardado en formarse) y proyectándola en vertical tras la rotura». Evidentemente esto no tiene ningún sentido: el tiempo que ha tardado en formarse el rango se mide en unidades temporales (días, semanas, etc.); por tanto, la base del rectángulo (y por tanto la proyección del objetivo máximo) variará en función de la escala temporal que usemos. Si medimos el rango en un gráfico de 5 minutos podemos obtener un valor de 300 barras mientras que en diario tendríamos únicamente 3 barras.

Y es que parece mentira que en más de un siglo de análisis técnico, nadie haya inventado formas alternativas de representación del precio. Tan sólo a comienzos de los noventa, cuando Nison introdujo el concepto de los gráficos de velas, podemos decir que hubo cierta innovación. En este sentido me parece muy original el trabajo del matemático ruso Yeliseev, el cual ha inventado su propio sistema de coordenadas para analizar el mercado. Generalmente representamos el tiempo en el eje horizontal y el precio en el eje vertical; pues bien, Yeliseev utiliza un gráfico circular (que representa el tiempo) con un sólo eje sobre el que se representa el precio; posiblemente esta forma de representar los precios se entienda mejor con un ejemplo:

 

El círculo está dividido en doce sectores, uno para cada mes, por lo se completa una vuelta completa cada año, formando así una espiral. Esto es tan sólo un ejemplo de una alternativa a la forma tradicional de representar el precio en los gráficos, pero no es la única ni la mejor.

Toda esta discusión nos lleva a otra cuestión: el valor de los parámetros temporales en los indicadores. ¿Qué parámetro elegir para una media móvil o un RSI? ¿Cinco días, catorce, veinte, quizás treinta? ¿Por qué esos valores? Por supuesto, la solución es elegir aquel valor que permita que el indicador se ajuste lo máximo posible al mercado; y si este valor deja de funcionar, cambie el valor del parámetro. Está claro que a comienzos del siglo XX calcular medias y osciladores era complicado y costoso, por lo que era normal fijar valores estandarizados para los parámetros pero hoy en día el cálculo de una media lleva segundos. En este campo también es posible la innovación: debemos encaminar nuestros esfuerzos a desarrollar indicadores que no dependan de parámetros temporales o cuyo valor pueda determinarse de una forma científica y rigurosa.

El mundo no es lineal.
¿Por qué todo el mundo utiliza líneas rectas para tratar de representar el mercado? En la mayor parte de las ocasiones, los movimientos del mercado se aproximan mejor usando curvas. De hecho pueden comprobarlo poniendo un Parabolic SAR en el gráfico: muchas de las subidas y bajadas a las que acompaña este indicador adoptan formas curvilíneas (casualmente siempre sucede esto cuando el indicador funciona…) Estamos de acuerdo en que usar líneas es mucho más fácil que calcular curvas, ya que son necesarios conocimientos matemáticos avanzados, algo que los analistas técnicos generalmente no poseen.

Los giros del mercado.
Generalmente los analistas técnicos siempre están preocupados por el giro del mercado, e incluso los buscan en el intradía cuando generalmente los cambios de tendencia importantes se producen a nivel global y se sostienen en el tiempo. Los mercados no se giran por fuerza mayor salvo en contadas ocasiones.

De hecho en muchos libros se ilustra la forma de detectar cambios de tendencia en el mercado. Por ejemplo, Greg Morris escribe sobre ello en su libro Candlestick Charting Explained: Timeless Techniques for Trading Stocks and Futures (1995) al describir el patrón de Envolvente Bajista: «La tendencia alcista domina el mercado. La larga vela blanca es típica de una tendencia alcista. En la apertura del día siguiente se produce un hueco al alza y se para. El precio se gira y termina cerrando dentro del cuerpo de la vela precedente. En ese caso, es mejor revisar cualquier posición alcista que tengamos ya que es probable que se produzca un giro importante».

¿Por qué este patrón indica un giro del mercado? Precisamente la caída puede ser una buena oportunidad de compra; si varios agentes piensan eso quizás no se produzca nunca el giro. O quizás el movimiento a la baja fue inducido por algunos traders deshaciendo posiciones pero nada más.

Y es que normalmente cuando el mercado alcanza un verdadero techo o suelo, nadie es consciente de ello hasta que ha pasado bastante tiempo.

Al hilo de esto, muchos analistas consideran que las divergencias entre el mercado y los osciladores permiten identificar fácilmente el techo o el suelo de un mercado. Por ejemplo Elder al hablar sobre las divergencias bajistas señala que éstas «se producen cuando los precios marcan nuevos máximos mientras que el RSI marca máximos por debajo de los máximos previos. Entonces tendremos una señal clara de venta cuando el RSI se gire y baje por debajo del segundo máximo, debiéndose situar un stop por encima del menor máximo que se haya producido. La señal será especialmente fuerte si el primer máximo del RSI está por encima de 70 y el segundo por debajo».

Sin embargo, si examinamos los gráficos veremos que lo habitual es que después de este tipo de divergencias se produce un fuerte rally alcista. Generalmente los traders que trabajan con este tipo de divergencias no tendrán más remedio que ejecutar el stop.

Conclusión
El análisis técnico tiene aún posibilidades de tener un cuerpo científico propio si bien dependerá de que haya innovaciones y de que se cambie la perspectiva, y no se siga cayendo en los errores del pasado. Sin embargo la mayor parte de los analistas ni siquiera se plantea esto. Veremos si en el futuro el análisis técnico es capaz de superar sus propias limitaciones y cambiar de paradigma o se quedará anclado en las ideas de hace más de 100 años.

Un saludo,
X-Trader

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