La Edad de Piedra del Análisis Técnico

 W. D. Gann: «… El tiempo y las condiciones cambian y tu debes aprender a cambiar con ellas. La naturaleza humana no cambia, y esa es la razón por la que la historia se repite y las acciones actúan cada vez mas de la misma forma bajo ciertas condiciones año tras año y en varios ciclos de tiempo…«

El análisis técnico, incluyendo el «Chartismo», goza de no muy buena reputación entre los profesionales de mercado. Existiendo incluso, libros como el del señor Burton Malkiel «Un paseo aleatorio por Wall Street», que llegan a desprestigiarlo al máximo con cierta ironía. Debo añadir como comentario al respecto, que el señor Malkiel es presidente de la gestora de fondos Vanguard y como no consejero de la gestora Gestinova del BBVA, además en su libro, explica lo inútil que es hacer un análisis de la índole que sea, ya que el mercado se basa en pura aleatoriedad, presentando como única alternativa posible en la inversión, la réplica de índices, es decir la pura gestión pasiva.

En primer lugar y para y para empezar, las mismas palabras de «Análisis Técnico, nos dan una idea de lo que realmente se le considera a dicha metodología, para comprobarlo sólo tenemos que tomar el diccionario de la R.A.E.:

> Análisis: Éxamen que se hace de una obra, de un escrito o de cualquier realidad susceptible de estudio intelectual.

> Técnico: Adjetivo, perteneciente o relativo a las aplicaciones de las ciencias y las artes.

Por lo tanto, por pura definición, consideramos al Análisis Técnico una ciencia, sabiendo que como decía el gran genio Leonardo Da Vinci: «Ninguna investigación humana puede ser denominada ciencia si no pasa a través de pruebas matemáticas».

Parece que poco a poco vamos dando con una definición cada vez más clara de la materia, ahora sólo debemos presentar las pruebas matemáticas necesarias para que la sentencia falle a nuestro favor y por lo tanto considerar al Análisis Técnico pura ciencia, como bien nos dice nuestro amigo Da Vinci, sin olvidar claro está que en toda ciencia existen también científicos.

Para ello, vamos a profundizar en el origen de las matemáticas, sabiendo que dicha disciplina es el noble arte de la búsqueda del verdadero conocimiento, conocimiento que ha adquirido el hombre observando la naturaleza y su estricto orden, especialmente en la observación del cielo, que ha sido sin duda muy influyente en el desarrollo de la misma, llegando a considerar a la matemática según muchos investigadores, la ciencia al servicio de otras ciencias.

El método de observación de la naturaleza ha sido el proceso más importante que ha acontecido el hombre y el de mayor importancia en las civilizaciones, ya que no olvidemos que por dicho método es como personas como Galileo, tirando objetos de la torre de Pisa o Newton, viendo caer la manzana e su jardín de Escocia, o los mismísimos Charles Dow o R. N. Elliott observando el mar, enunciaron sus principios.

El proceso de observación claro esta se obtiene a través de la vista y mas concretamente gracias a nuestros ojos. Fueron los egipcios, civilización que me fascina, los primeros en ensalzar las propiedades de la observación, de esta forma el ojo se convirtió en el amuleto preferido de los faraones, representaba el ojo del Dios Horus que aportaba luz y conocimiento, además de la victoria del bien sobre el mal, ya que se vengó de la muerte de su padre.

Pero dicho símbolo y sus propiedades han perdurado a lo largo de los años, y fue en el Renacimiento cuando el mencionado ya Leonardo elogia a la vista sobre los demás sentidos: «El ojo, que llaman la ventana del alma, es la vis principal por donde el centro de los sentidos o común sentido (comune senso) puede contemplar más ampliamente las infinitas y magníficas obras de la naturaleza…» Pero, además, afirmaba que aquello que los ojos vean, únicamente será claro cuando la mano los ponga de manifiesto reproduciéndolos. Lo anterior significa que el conocimiento se alcanza mediante la contemplación o, más propiamente, mediante la visión intelectiva, unida a la ejecución manual.

Pero quizás lo que nos sorprenda mas, es encontrar el ojo en el billete de un dólar que debo añadir está cargado de simbología, junto a una pirámide inacabada, expresando cuales son las bases de la sociedad americana:

1º Conocimiento

2º Constante construcción, de ahí que la pirámide este sin terminar. Las mismas doctrinas que nos presenta Leonardo, «Ver» y «Hacer».


Ojo del Dios Horus

Símbolo del dólar

El símbolo del dólar que vemos en la ilustración, es un símbolo propio de la masonería, ya que los fundadores de la república al igual que la mayor parte de los presidentes de EE.UU. incluido Bush han sido masones.

Hoy día podemos encontrar dicha ilustración en la obra de J.R.R. Tolkien, pero aquí el autor cambia los papeles y en vez de representar el bien, aparece representando al mal, en el llamado ojo de Sauron.

Con todo esto estamos en disposición de responder a preguntas habituales de los detractores del Análisis Técnico tales como: ¿Por qué funciona una cuña o un triple techo? La réplica a dicha pregunta la obtendremos con la misma respuesta que ellos nos den cuando les preguntemos: ¿Por qué existe la gravedad?, ¿Por qué los planetas giran en la misma dirección? o por si no saben de astronomía ¿Por qué tenemos cinco dedos?

La respuesta a todas estas preguntas sólo la naturaleza lo sabe y lo que ha hecho el hombre a lo largo de los siglos a sido enunciar sus propiedades sin saber las causas y para ello ha utilizado primero las matemáticas que mas tarde has sido de utilidad a otras ciencias como la física y como no al Análisis Técnico, por todo esto el señor R. N. Elliot tituló a su primer libro «Ley de la Naturaleza» y a su segunda edición «Ley de la Naturaleza- El secreto del Universo», Ya que los mercados se componen de personas y éstas no nos olvidemos son obra directa de la madre naturaleza. También los principios de Adam Smith sobre el capitalismo están íntimamente ligados con lo expuesto aquí, ya que la razón de ser de dicho sistema esta basado en la actuación natural de la oferta y demanda, dejando que el mercado actué por si solo.

La raíz del Análisis Técnico aplicado a los mercados de valores hay que buscarla en la posibilidad de representar gráficamente los parámetros básicos de esos mercados, como son el precio y el tiempo. La herramienta de esta representación la puso el filosofo y matemático francés Renato Descartes (1596-1650), llamado también «Cartesius» y de aquí la representación cartesiana que todos conocemos.

Una vez obtenida la representación gráfica de las cotizaciones y observado el comportamiento de las mismas, hemos podido comprobar que algunas de las leyes mas simples de la geometría se cumplen con cierta exactitud y frecuencia, teniendo presente en todo momento que la geometría es una disciplina de la matemática y quizás aquí tengamos las pruebas necesarias que estábamos buscando para considerar el Análisis Técnico como ciencia.

La palabra «Geometría» se deriva del griego y significa medida de la tierra. Esto sugiere que en sus principios esta materia tenía una base práctica, con la que los griegos estaban familiarizados. Se sabe que no fueron los griegos los que empezaron con la Geometría, pero se hicieron conocedores de ella a través de su relación con los egipcios, quienes por tradición, fueron los primeros en desarrollar las ciencias. Esta aplicación práctica de la Geometría parece que tuvo su origen en las inundaciones que ocasionaban las crecidas anuales del río en el Valle del Nilo, lo que tenía como consecuencia la destrucción de muchos de los límites de tierras privadas, que fue el primer síntoma del capitalismo. De aquí la necesidad de restaurarlos después de la bajada de las aguas del río, aplicando principios Geométricos que por supuesto descubrieron ellos y de los que posteriormente hablaremos.

Las dos leyes geométricas que vamos a tratar son la ley de proporcionalidad y direccionalidad expresada mediante el paralelismo.

Ley de Proporcionalidad

En aritmética aprendemos que un método para comparar las magnitudes de las cantidades, es expresarlas en forma de fracción, cuyo numerador y denominador expresan las cantidades medidas en unidades adecuadas e idénticas. Esta forma de comparación se llama proporción.

Los egipcios descubrieron la «sección áurea»,como la llamaba Da Vinci, ya saben los famosos ratios del 61% y 38% que empleamos en retrocesos y proyección de impulsos, por análisis y observación, ¿les suena, no?, buscando medidas que les permitiera dividir la tierra de forma exacta, a partir del hombre, utilizando la mano, el brazo, hasta encontrar que media lo mismo de alto que de ancho con los brazos extendidos y encontraron que el ombligo establecía el punto de división en su altura y esta misma, se lograba de manera exacta, rebatiendo sobre la base de un cuadrado una diagonal trazada de la mitad de la base a una de sus aristas. Todos estos métodos los utilizaron posteriormente en arquitectura para la construcción de las pirámides.

Más tarde pasó a Grecia, allí Platón la definió de la siguiente forma: «Es imposible combinar bien dos cosas sin una tercera, hace falta una relación entre ellas que las ensamble, la mejor ligazón para esta relación es el todo. La suma de las partes como todo es la mas perfecta relación de proporción».

También en Grecia Euclides (300 A.C.), en su obra los «Elementos» trata sobre el tema, en realidad es la primera fuente documental más importante al respecto.

Si algo bueno tiene la geometría es su capacidad de expresar gráficamente algo que la aritmética no puede hacer, sobre todo cuando estamos hablando de números irracionales como el de la sección áurea o?2. Estos números irracionales fueron descubierto por los pitagóricos, que por cierto eran vegetarianos, al tratar con las propiedades del pentágono, y al principio creyeron que eran números diabólicos porque hasta entonces estaban acostumbrados a tratar con números enteros y a su descubridor lo tiraron al mar y ocultaron su hallazgo, muy típico de la escuela, aunque después adoptaron la estrella de cinco puntas como estandarte de la escuela y símbolo de salud.

De Grecia pasó a Roma, allí encontramos a otro gran genio, que fue el ingeniero constructor Vitruvio. Vitruvio fue el referente arquitectónico que mas tarde inspiró a muchos otros en el Renacimiento, que tras los Bárbaros fue el nuevo foco de conocimiento europeo donde como no, tuvieron cierta predilección por la sección áurea, basándose en la obra «De Architectura» de Vitruvio, escrita en el año 32 A.C.

En el Renacimiento como ya hemos comentado, fue un patrón a seguir en la construcción, escultura y pintura. Levantó cierta pasión hasta tal punto que un monje llamado Lucca Paccioli escribió un libro en 1509, llamado «De Divina Proportione», el cual fue ilustrado por el mismísimo Da Vinci (1452-1519), dibujando el ya conocido dibujo «El Hombre de Vitruvio» en honor al ingeniero romano que también había hecho en su tiempo una ilustración similar. El significado de dicha ilustración es el de siempre, la relación de la naturaleza con la geometría y si no vean como podemos obtener un círculo y un cuadrado a partir del cuerpo humano.

 

Libro de Vitruvio


Obra de Leonardo Da Vinci

El mismo Leonardo pudo comprobar que el ratio divino se encontraba presente en multitud de partes de nuestro cuerpo.


Dibujo de Da Vinci

 

La proporción del 61.8% la podemos encontrar en distintas formas naturales como conchas o agujeros negros espaciales, en forma de espiral.

 

 

Las propiedades de la espiral logarítmica fue estudiada por primera vez por René Descartes y más tarde por John Bernoulli (1667-1748) que quedó tan fascinado con sus propiedades que en su lápida mandó escribir: «Aunque cambiado, yo crezco sin cambiar».

Después la proporción callo en el olvido hasta que el alemán Zeysing el año 1850 fecha en la que nace Charles Dow (1850-1902), la vuelve a redescubrir en el Partenon, Erection y la pirámide de Keops y quizás sea la causa por la que Elliot (1871-1948) y Gann (1878-1955) la usasen en sus estudios ya que su redescubrimiento estaba en boga por aquella época.

Ya en el siglo XX dicho ratio recibe el nombre de phi (?) en honor al escultor griego Phidias que la usaba con frecuencia en sus obras.

Como hemos podido ver en este paseo por la historia, la proporción áurea ha tenido una gran influencia en las culturas y es por esto por lo que le damos tanta importancia dentro del Análisis Técnico.

También quiero que quede claro que en ningún momento hemos mencionado a Leonardo Da Pisa (Fibonacci), ya que, si es verdad, que podemos encontrar los ratios en su serie, pero también en el resto de series que tengan la propiedad aditiva, ya que la suma es la conjunción de las partes como decía Platón y todas series con dicha propiedad tienden a esos ratios, además de alguna propiedad más. (Ver tabla)

El problema que plantea Fibonacci, el de la reproducción de los conejos ha sido siempre un punto de discordia entre matemáticos, en lo que respecta a la invención de la serie. Éste aparece en su libro «Liber Abaci», que no significa «Libre Ábaco» como estamos acostumbrados a leer en muchos libros de bolsa, si no que viene de la palabra «abacus», que era un sistema de cálculo que introducía los nuevos números, de ahí que no hable en toda la obra del ábaco que además para mayor intriga era incompatible con este sistema que presenta el autor. La serie la podemos encontrar en algunos pétalos de flores pero nada más y considerarla como la serie de la naturaleza, allá cada uno.

Por lo tanto después de comprobar que la sección áurea es una característica de la serie de Fibonacci, tampoco me parece adecuado utilizar medias y osciladores en base a dicha serie y es aquí donde además quiero romper una lanza a favor de la optimización.

También existen otros ratios, como son el del 50%, 75% y 100% o vuelta al origen, que son ratios de Gann, siendo como no, tremendamente útiles, además sabemos que la forma de obtención de los mismos ha sido la misma, mediante el proceso de contemplación, el que sean mejor o peor se lo dejo a ustedes así que observen y vencerán.

Para terminar y para que sirva de reflexión voy a poner un soneto de nuestro maestro Rafael Alberti.

A ti, maravillosa disciplina,
media, extrema razón de la hermosura,
que claramente acata la clausura
viva en la malla de tu ley divina.

 

A ti, cárcel feliz de la retina,
áurea sección, celeste cuadratura,
misteriosa fontana de mesura
que el Universo armónico origina.

A ti, mar de los sueños, angulares,
flor de las cinco formas regulares,
dodecaedro azul, arco sonoro.

Luces por alas un compás ardiente.
Tu canto es una esfera transparente.
A ti, divina proporción de oro.

Ley de la Direccionalidad

El concepto de dirección no es otro que el camino o rumbo que una acción sigue en su movimiento. Esta definición la aplicamos de forma discriminada cuando trazamos una simple tendencia. Este procedimiento es realmente curioso pero evidente y certero, además lo más emocionante de todo es que en tendencia, en este caso alcista, no solo los mínimos siguen la misma dirección sino que también en muchas ocasiones los máximos, haciendo uso del principio de paralelismo que encontramos en el libro de Euclides «Los Elementos» que sin darnos cuenta probablemente, aparece como no en la naturaleza y quiero que sirva de ejemplo algunas zonas de las telas de arañas que están dispuestas en paralelas y en las que ambién encontramos el número de de Euler.

Gráfico diario del BBVA

 

La forma de obtener las rectas es simplemente detectar la tendencia dominante y después trazar paralelas tanto de puntos máximos como mínimos.

Pero además de aparecer en los máximos y mínimos el famoso principio de paralelismo, también lo encontramos en los impulsos, como podemos ver en el grafico. Todo esto que hemos presentado es la idea fundamental en la que se basan algunos osciladores como el MACD a la hora de calcular divergencias Lo que realmente nos indican es la perdida de angularidad de los impulsos respecto a otros precedentes como podemos ver en la ilustración.

También en algunos canales evidentes como en el de la figura que mostramos mas abajo, la distancia entre ambas paralelas, bien la distancia mas corta es decir la perpendicular, como la vertical del eje de los precios, nos sirve de proyección en caso de rotura del canal, bien a la baja, como al alza.

Gráfico diario del EuroStoxx 50

 

Conclusión

Con todo lo analizado en este pequeño articulo, discutir a estas alturas si el análisis técnico es o no una ciencia creo es una perdida de tiempo.

La validez de este método, es en mi opinión, mayor que la de cualquier otro proceso, en especial el famoso análisis fundamental, porque el descontar beneficios futuros y destaco la palabra futuros, o cashs flows libres, según la moda dominante en Wall Street, es un riesgo, ya que como decía Benjamín Graham: «Lo que es difícil de medir puede ser mal medido». De lo único que te das cuenta con este método es que en bolsa pagamos mucho por poco y algo por nada.

La forma fundamental del Análisis Técnico es la observación que es la clave del éxito y la manera de aprender. Es aquí donde quiero presentar una teoría de J.L. Livermore, rey de la especulación, en lo que respecta al aprendizaje de las masas, dividendo éste en tres grandes grupos. Usted es libre de situarse en el que quiera:

– Los que aprenden por conocimiento

– Los que aprenden por experiencia de fracasos (Pensamiento Aristotélico).

– Los que nunca aprenden.

Por tanto creo que después de hablar del orden de la naturaleza, aceptemos como valido también en análisis cíclico que economistas tan magistrales como J.M. Keyness, Hicks, Samuelson, Phillips, Schumpeter y Kondratief elaboraron en su época. Lo que nos lleva a pensar en la importancia de la materia, algo que a simple vista parece evidente ya que a pesar de las tremendas teorías macroeconómicas, las crisis financieras se repiten una y otra vez aunque no sean idénticas, pero lo que no nos debemos olvidar es, que son crisis.

Para acabar y después que hemos demostrado que todo este mundo no deja de ser una rama de la matemática quiero contar algo muy curioso que he encontrado en un libro de Isaac Asimov (1920-1992), si, el mismo, el rey de la ciencia ficción y las leyes de la robótica del siglo XX, que tiene una serie de obras donde podemos encontrar a un personaje muy curioso que se dedica a predecir el futuro empleando métodos matemáticos que además son muy certeros, ¿Se sienten identificados?

Se ve que Asimov que era contemporáneo de nuestro amigos Gann y Elliot, no les conocía o incluso que ni siquiera invertía en bolsa.

Un saludo
Roberto Pérez aka NoiseTrader
([email protected])

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