A lo largo de sus 25 años en los mercados, operando, invirtiendo, educando y asesorando, hay una pregunta que Ioannis Kantartzis, cofundador de TRADERS’ Magazine, es la que más ha escuchado de los jóvenes aspirantes a traders: «¿Hacia dónde crees que se dirigen los mercados?». Pero Ioannis sostiene que la esencia de una gran inversión no reside en la capacidad de predecir el futuro, sino en la de adaptarse.
Utilizar estrategias a corto plazo y los mismos productos que todo el mundo nos lleva a cometer el mismo error una y otra vez: intentar predecir un futuro que es intrínsecamente impredecible. Entonces, ¿cómo pueden los traders adoptar una postura diferente en la operativa, con una visión que no sea simplemente de suma cero con resultados binarios (si sube gano, si baja pierdo)?
Las Opciones Como Inversión Estratégica
Se han vertido ríos de tinta sobre las ventajas de utilizar opciones, en particular de una combinación de opciones de compra y venta. Sin embargo, los inversores minoristas sin experiencia podrían exponerse fácilmente a un riesgo aún mayor del que piensan en lugar de mitigarlo. Aplicadas correctamente, las estrategias con opciones deberían situar a los operadores en una posición en la que puedan maximizar el potencial de beneficios dentro de ciertos niveles y, al mismo tiempo, impedirles aumentar su riesgo. En este contexto, me gusta decir que «cuando compras algo, tienes que vender algo», lo que significa que debes tener una cobertura adecuada en todo momento. Me explico.
Vender Volatilidad
Para evitar convertirse en un ejemplo de la regla empírica 90/90/90 -según la cual el 90% de los operadores novatos pierden el 90% de su dinero en sólo 90 días-, hay que seguir un enfoque diferente y actuar como el asegurador en lugar de como el cliente. Con esto en mente, una de mis estrategias de opciones favoritas es la venta de volatilidad mediante la venta de strangles (conos). No se deje llevar por la jerga, vender un «strangle» significa que vendo dos tipos de opciones, una call y una put, a diferentes strikes fuera del dinero (OTM) pero con el mismo ciclo de vencimiento.
Configurando un Strangle (Cono) Vendido
Una opción OTM es aquella que tiene una menor probabilidad de ganar dinero (para el comprador), lo que a su vez significa que tiene un pago mayor si resulta ser un éxito, pero un mayor riesgo de perder valor, lo que significa que cuesta menos. Nosotros, como vendedores de opciones, cobramos las primas con una mayor probabilidad de que se queden en nuestro bolsillo.
Estructura de la Operación
En nuestro caso, las consideraciones clave son:
- Precio de entrada: la prima total que pretendo cobrar.
- Utilización del margen y ROI: objetivo de ganancias sobre el margen requerido.
- Tiempo en la posición
- Reglas de salida: cuál es la ganancia máxima que exige mi método.
- Normas de gestión del riesgo: ¿qué ocurre si las cosas no salen como esperaba?
Precio de entrada
Vender dos opciones OTM, una call y una put, significa que hay que elegir el precio de ejercicio correcto (el precio al que la opción se activa para su posible ejercicio). Mi metodología gira en torno a un conjunto claro de reglas según las cuales el precio de ejercicio elegido debe estar al menos a 1 desviación típica del precio actual de la acción. La mayoría de las veces, este nivel se sitúa en torno al strike delta de 0,25. Sin entrar en jerga técnica, una desviación típica significaría que mi posición tendrá una probabilidad del 66% de hacerme ganar dinero. La posición short strangle gana dinero cuando el subyacente (sea una acción o un ETF en mi caso) se mantiene hasta vencimiento entre los dos strikes vendidos.
El éxito de la estrategia se basa en la suposición del modelo de que los precios de los activos financieros tienden a revertir a la media, en lugar de moverse en cualquier dirección en línea recta. Ello a su vez significa que mi posición puede verse afectada temporalmente por fluctuaciones extremas del mercado a corto plazo, pero que volverá a su media la mayor parte del tiempo, por lo que permanecerá dentro de mis strikes cortos y, por tanto, será rentable. Esto es exactamente lo que diferencia a los vendedores de opciones de la multitud. El inversor medio tiende a realizar apuestas direccionales que, en caso de apalancamiento excesivo, le dejarían expuesto a las implicaciones de la volatilidad a corto plazo inherente al mercado, mientras que los inversores informados pretenden aprovecharse de la falta de estrategia de la mayoría.
Utilización del margen
Sin embargo, yo no vendo primas por venderlas, sino que me embarco en una estrategia determinada, que parte de la base de que el total de las dos primas que puedo cobrar representa en torno a un 17-20% de rentabilidad de la inversión por el margen utilizado. En otras palabras, la obtención de una prima total de 1,8$ (cada opción tiene derecho a comprar o vender 100 acciones del subyacente, por lo que efectivamente 1,8$ de prima significan 180 $) debería basarse en un requisito de margen de no más de 1.000$.
Tiempo en la posición
Normalmente elijo el ciclo de vencimiento que se sitúa en torno a 35-40 días, ya que elegir opciones con fechas más cortas me haría estadísticamente vulnerable a movimientos más direccionales, contrarrestando los beneficios del valor temporal. Abriría una operación a 35 días del vencimiento (Days ‘Til Expiration o DTE) e intentaría cerrarla a unos 20 DTE, con el objetivo de obtener el 50% de las ganancias máximas. Si no se materializan a tiempo, intentaría ajustar la operación de una de las siguientes maneras que explico a continuación.
Reglas de salida
El precio de una opción puede ser muy volátil, especialmente para el vendedor de la prima. La volatilidad, las oscilaciones del precio y la exposición gamma son sólo algunas de las consideraciones que más nervios despiertan en cada operación. Mi preferencia personal sería salir de estas operaciones de strangle corto aproximadamente al 50% de la ganancia máxima (la ganancia máxima es siempre el total de las dos primas cobradas, siempre que el subyacente se mantenga dentro de los dos strikes cortos al vencimiento). Se puede especular con que los precios seguirán moviéndose en la dirección preferida después de alcanzar el 50% de la ganancia máxima, pero el buen trading debe ser aburrido y consistente: donde no hay plan, tampoco hay consistencia.
Reglas de gestión del riesgo
Las cosas no siempre salen según lo previsto. Aunque esta estrategia alcanza una tasa de aciertos estadísticos del 92%, el 8% restante debe ajustarse con un conjunto claro de reglas. Si una operación no funciona hasta el 20 DTE, necesito realizar una serie de ajustes. Mi primera regla general es que para ajustar una posición, significaría que uno de los dos strikes está en entredicho (es decir, el subyacente se ha movido en mi contra, ya sea al alza o a la baja). Solo considero un ajuste de tramo cuando el punto de breakeven se supera de forma convincente en la segunda mitad de la sesión bursátil. Por ejemplo, si he vendido primas por un total de 1,8$ y el precio de ejercicio de la opción de venta es de 105$, mi punto crítico es 105$ – 1,8$ = 103,2 $. Los ajustes en ese punto incluirían, o bien pasar al mes siguiente, para ganar tiempo, o pasar a un precio de ejercicio más bajo para permitir que el subyacente tenga más margen de movimiento, o bien realizar lo que se denomina cobertura delta (reducir a cero cualquier movimiento futuro).