Druckenmiller es, sin duda, el hombre: en tres décadas su fondo Duquesne Capital Management mantuvo una media de más del 30% de rentabilidad anual, algo verdaderamente impresionante y muy poco habitual en la industria. Pero lo que es aún más sorprendente es la escasa volatilidad de sus rendimientos: Druckenmiller no ha tenido ni un solo año en negativo, con solo 5 trimestres en negativo de un total de 120. Y todo esto teniendo en cuenta la ingente cantidad de capital que gestionaba, llegando a tener un AuM de más de 20.000 millones de dólares. Evidentemente con unos resultados así no queda otra que analizar su trayectoria y revisar las principales enseñanzas que se pueden extraer de su forma de ver y operar en los mercados.
La Trayectoria Profesional de Druckenmiller
Druckenmiller comenzó su carrera en el mundo de las finanzas en 1977 en el Pittsburgh National Bank, pero en 1981 decide independizarse y fundar su propia compañía, Duquesne Capital Management.
En 1985, se convierte en asesor de Dreyfus Corp., viviendo a caballo entre Pittsburgh y Nueva York, aunque finalmente termina por mudarse a Pittsburgh a tiempo completo en 1986, cuando es nombrado director del Dreyfus Fund si bien, como parte de su acuerdo con Dreyfus, también mantendrá la gestión de Duquesne. En 1988 es contratado por George Soros para sustituir a Victor Niederhoffer en Quantum Fund. Soros y él se hicieron famosos por «quebrar» al Banco de Inglaterra, cuando se posicionaron cortos en la libra esterlina en 1992, obteniendo más de mil millones de dólares de beneficios. Calcularon que el Banco de Inglaterra no tenía suficientes reservas de divisas con las que comprar suficientes libras esterlinas para respaldar a su moneda, por lo que subir tipos de interés sería antes o después insostenible. Sin embargo, en el año 2000 Druckenmiller dejará de trabajar con Soros tras sufrir grandes pérdidas en acciones tecnológicas, concentrándose únicamente en Duquesne Capital.

Lógicamente este ritmo de trabajo resulta agotador por lo que no es de extrañar que Druckenmiller decidiera cerrar su hedge fund el 18 de agosto de 2010, según él, por el desgaste y el estrés que le había generado tratar de mantener uno de los mejores registros de en la industria. Sin embargo, ya sabemos que el trading es adictivo y que antes o después Druckenmiller volvería a la carga, montando un family office en el cuarto trimestre de 2011.
Las Claves del Éxito
Scott Bessent, gestor de Key Square Group y CIO de Soros Fund Management entre 2011 y 2015, describe a Druckenmiller como “la mayor máquina de hacer dinero de la historia”, un hombre con «la capacidad analítica de Jim Rogers, la habilidad para la negociación de George Soros y el estómago de un apostador de casino».
Y es que cuando se estudia a Druckenmiller se tiene la sensación de que fue construido en un laboratorio en lo más profundo de alguna selva donde se le armó pieza por pieza para crear al trader perfecto. Algunos de los rasgos que destacan los que han tratado en persona a Druckenmiller y que son fundamentales en un excelente especulador son:
- Flexibilidad mental
- Pensamiento independiente
- Competitividad extrema
- Inquietud incansable
- Profundo conocimiento de sí mismo
Qué Mueve a las Acciones
¿Cómo evalúa las acciones Druckenmiller para tomar decisiones de compra y venta? En el libro de Jack Schwager The New Market Wizards, Druckenmiller señalaba lo siguiente:
Cuando empecé en este mercado, elaboraba documentos muy completos que cubrían todos los aspectos de una acción o industria. Antes de poder hacer la presentación ante el comité de selección de valores, primero tenía que presentar el documento al director de Research. Recuerdo especialmente la vez que le entregué mi documento sobre el sector bancario. Me sentía muy orgulloso de mi trabajo. Sin embargo, lo leyó y dijo: «Esto no sirve para nada. ¿Qué hace que las acciones suban y bajen?». Ese comentario me sirvió de acicate. A partir de aquel momento, centré mi análisis en tratar de identificar los factores que estaban fuertemente correlacionados con el movimiento del precio de una acción, en lugar de mirar todos los fundamentales. Francamente, incluso a día de hoy muchos analistas siguen sin saber qué es lo que hace que sus acciones concretas suban o bajen.
El mundo de las finanzas está lleno de ruido y tonterías. Está repleto de gente inteligente que no sabe nada acerca de cómo funciona realmente el mundo. La estructura de incentivos del sistema financiero está creada de tal manera que mientras los analistas parezcan inteligentes y finjan saber por qué la acción X está subiendo, serán recompensados. Esto es válido para todos los tertulianos y «expertos», excepto para los que realmente operan con dinero real: o aprenden cómo funciona realmente el juego o antes o después serán expulsados de él. Y este fue el caso de Druckenmiller, viéndose obligado a aprender rápidamente qué era lo que realmente impulsaba los precios, descubriendo que:
Los beneficios no mueven el mercado en general, sino que es la Reserva Federal… Hay que centrarse en los bancos centrales y en los movimientos de la liquidez… La mayoría de la gente en el mercado analiza los beneficios y otras medidas convencionales. Pero es la liquidez la que mueve los mercados.
La liquidez debe ser entendida aquí como la expansión y contracción del dinero existente en la economía, en concreto el crédito. Es la mayor variable que impulsa la demanda en una economía. Y la Reserva Federal tiene la mayor palanca para actuar sobre la liquidez. Por ello, un trader debe vigilar constantemente lo que hace la Reserva Federal.
Esto no quiere decir que cosas como las ventas o las ganancias de una compañía no importen. Siguen siendo muy importantes a nivel de acciones individuales. Según Druckenmiller:
Muy a menudo el factor clave está relacionado con los beneficios. Esto es especialmente cierto en el caso de los bancos. Los valores de compañías químicas, sin embargo, se comportan de manera muy diferente. En esta industria, el factor clave parece ser la capacidad. El momento ideal para comprar valores del sector químico es después de que una gran cantidad de capacidad haya abandonado el sector y entonces se produce un catalizador que se cree que provocará un aumento de la demanda. Por el contrario, el momento ideal para vender estas acciones es cuando hay muchos anuncios de creación de nuevas plantas, y no cuando los beneficios bajan. La razón para este patrón de comportamiento es que los planes de expansión significan que los beneficios bajarán en dos o tres años, y la Bolsa tiende a anticiparse a estos acontecimientos.
El mercado es una máquina de descontar el futuro, lo que significa que los beneficios son importantes para una acción, pero más en el futuro que en el pasado.
La mayoría de los participantes en el mercado toman los beneficios recientes y los extrapolan al futuro. No se fijan realmente en el mecanismo que impulsa los resultados de una empresa o un sector concreto. La clave para ser un buen operador es identificar el factor o los factores que impulsarán los beneficios en el futuro, no lo que los impulsó en el pasado.
Druckenmiller dijo en una entrevista que “su trabajo durante 30 años fue anticiparse a los cambios en las tendencias económicas que no esperaban los demás y, por tanto, no se reflejaban aún en los precios de los valores”. Centrarse en el futuro, no en el pasado.
Otra cosa que distingue a Druckenmiller es su disposición a utilizar cualquier cosa que funcione: cualquier estilo o herramienta puede resultar útil para encontrar buenas operaciones y gestionarlas:
Otra disciplina que aprendí y que me ayudó a determinar si una acción subiría o bajaría es el análisis técnico. Speros Drelles (su principal mentor en el Pittsburgh National Bank) me enseñó cómo usar el análisis técnico. Yo era probablemente la persona más receptiva al análisis técnico de todo mi departamento, pero Drelles era despreciado por mucha gente, por cuanto pensaban que era simplemente un loco de los gráficos. Sin embargo, descubrí que el análisis técnico podía ser muy eficaz.
Por ello, nunca utilizo la valoración para determinar el momento de entrada en el mercado, sino que me fijo en cuestiones como la liquidez y el análisis técnico para determinar dicho momento. La valoración sólo me dice hasta dónde puede llegar el mercado una vez que un catalizador entra en escena para cambiar la dirección del mercado.
Druckenmiller emplea una confluencia de enfoques (fundamental, macro, técnico y sentimiento de mercado) para ampliar su visión del campo de batalla. No tiene sentido encasillarse en un único y rígido ámbito de análisis… simplemente utiliza lo que funciona y desecha lo que no.
Cómo Obtener Rendimientos Extraordinarios
Druckenmiller tira la sabiduría convencional por la ventana. En lugar de hacer un montón de pequeñas apuestas diversificadas, practica lo que llamamos la filosofía de la «Gran Apuesta», que consiste en desplegar unas pocas grandes apuestas concentradas. En particular, Druckenmiller señala que:
Lo primero que escuché cuando entré en el negocio, y no me lo dijo mi mentor, fue que los toros ganan dinero, los osos ganan dinero y los cerdos son sacrificados. Y te digo que yo era un cerdo. Creo firmemente que la única manera de obtener rendimientos superiores a largo plazo en nuestro negocio es siendo un cerdo. Creo que la diversificación y todo lo que están enseñando en las escuelas de negocios hoy en día es probablemente el concepto más equivocado y extendido. Y si miras a todos los grandes inversores que son tan diferentes del resto, como Warren Buffett, Carl Icahn o Ken Langone, tienden a ser apuestas muy, muy concentradas. Ellos ven algo, apuestan, y además lo hacen a lo grande. Y ese es el punto hacia el que evolucionó mi filosofía. Tal vez una o dos veces al año ves algo que realmente, realmente te excita… El error que yo diría que el 98% de los gestores y los traders retail cometen es que sienten que tienen que estar operando en un montón de cosas. Y si realmente lo ves claro, pon todos tus huevos en una cesta y vigila la cesta con mucho cuidado.
Desde luego, mucha sabiduría en ese párrafo. Para obtener rendimientos superiores a largo plazo tienes que estar dispuesto a apostar fuerte cuando tu convicción es alta. Y el corolario es que tienes que proteger tu capital no desperdiciándolo en un «montón de cosas» en las que no tienes mucha convicción.
Precisamente, a este respecto, Seth Klarman decía en su libro Margin of Safety:
Evitar las pérdidas debería ser el objetivo principal de todo inversor. Esto no significa que los inversores no deban incurrir nunca en el riesgo de ninguna pérdida. Más bien, «no perder dinero» significa que, a lo largo de varios años, una cartera de inversiones no debería estar expuesta a una pérdida apreciable de capital. Aunque nadie desea incurrir en pérdidas, nadie diría que esto es así si analizamos el comportamiento de la mayoría de los inversores y especuladores. El impulso especulativo que reside en la mayoría de nosotros es fuerte; la perspectiva de conseguir un free lunch puede ser convincente, especialmente cuando otros aparentemente ya han participado de él. Puede ser difícil concentrarse en las pérdidas cuando otros se lanzan ávidamente a por las ganancias y su broker está al teléfono ofreciéndole acciones de la última OPV «caliente». Sin embargo, evitar las pérdidas es la forma más segura de garantizar un resultado rentable.
Dicho de otro modo, hay que mantener la pólvora seca para que, cuando las estrellas se alineen, ¡ataques a la yugular y a la cabeza de ese hijo de puta!
La importancia de golpear cuando el hierro está caliente es algo que Druckenmiller aprendió mientras operaba para George Soros:
He aprendido muchas cosas de George Soros, pero quizás la más significativa es que lo importante no es acertar o equivocarse, sino cuánto dinero ganas cuando aciertas y cuánto pierdes cuando te equivocas. Las pocas veces que Soros me ha criticado ha sido cuando tenía mucha razón en un mercado y no maximizaba la oportunidad.
Un enfoque intenso en la preservación del capital, junto con un enfoque de grandes apuestas, es la filosofía utilizada por muchos de los grandes. Mantener las pérdidas pequeñas y apostar fuerte por los ganadores es el nombre del juego en la especulación rentable.
La gran cantidad de fondos que son expulsados del mercado no sólo se debe a la superabundancia de mediocridad en el espacio de la gestión del dinero, sino también a que incluso los gestores decentes tienen miedo de asumir los riesgos necesarios para tener grandes años de rendimiento. Gestionan demasiado en función del índice de referencia y se centran demasiado en el corto plazo. Esa es la receta para obtener un rendimiento promedio, pero según Druckenmiller:
Muchos gestores, una vez que han generado un 30% o un 40%, deciden cerrar el año (es decir, operan con mucha cautela durante el resto del año para no poner en peligro la excelente rentabilidad que ya se ha obtenido). Pero la forma de conseguir una rentabilidad verdaderamente superior a largo plazo es esforzarse hasta conseguir un 30% o un 40% y, entonces, si se tiene la convicción, ir a por un año del 100%. Si se consiguen unos cuantos años cercanos al 100% y se evitan los años de bajada, se puede conseguir una rentabilidad a largo plazo realmente extraordinaria.
Una vez que te hayas ganado el derecho a ser agresivo y puedas apostar con el dinero de la casa (esto es, con los beneficios), debes lanzarte con fuerza cuando surja esa operación de alta convicción y buscar rendimientos superiores.
La Mentalidad del Trader y la Gestión de las Pérdidas
Según Druckenmiller, para ser un trader ganador hay que ser «decisivo, de mente abierta, flexible y competitivo».
La víspera del crack de 1987, Druckenmiller pasó de estar en corto a estar en largo en un 130% porque pensaba que la venta había terminado. Vio que el mercado chocaba con un soporte importante. Pero en el transcurso del día se dio cuenta de que había cometido un terrible error. Al día siguiente, dio la vuelta a su libro y se puso corto en el mercado y terminó ganando dinero. Este tipo de flexibilidad mental se ve en todos los grandes operadores. Y Druckenmiller es un trader que lo personifica quizás mejor que nadie.
La práctica de tener «opiniones fuertes, débilmente sostenidas» es difícil pero primordial para el éxito.
Para alcanzar ese nivel de flexibilidad mental, hay que aprender a separar el ego de los resultados inmediatos de las operaciones. Si permitimos que las pérdidas afecten a nuestro juicio, inevitablemente cometeremos errores mayores. Druckenmiller aprendió esta lección muy pronto de Soros:
Soros es el mejor que he visto a la hora de asumir pérdidas. No le importa si gana o pierde en una operación. Si una operación no funciona, confía lo suficiente en su capacidad para ganar en otras operaciones como para poder abandonar fácilmente la posición. Hay muchos zapatos en la estantería; ponte sólo los que te queden bien. Si tienes mucha confianza en lo que haces, no te molestará perder.
Una de las mejores partes de este juego es que mientras te mantengas vivo (protejas tu capital) siempre puedes hacer otra operación. Druckenmiller apunta que «lo maravilloso de nuestro negocio es que es líquido, y puedes hacer borrón y cuenta nueva cualquier día. Mientras mantengas el control de la situación -es decir, mientras puedas cubrir tus posiciones- no hay razón para estar nervioso».
En una entrevista en televisión de hace años, Charlie Rose le preguntó a Druckenmiller por qué, después de todos estos años, y con todo el dinero que había ganado, seguía dedicando 60 horas semanales al trading. Druck respondió «Porque tengo que hacerlo… Me encanta el juego y me encanta ganar, el dinero ni siquiera es importante».
Sin lugar a duda, para llegar al nivel de Druckenmiller tienes que operar porque eso es lo que haces. ¡Es para lo que vives!