Momento Soros

Realmente estamos en un momento fascinante en la historia de los mercados financieros: petróleo a precio de saldo, economías derrumbándose en una guerra económica sin precedentes, intervenciones de bancos centrales que no duran ni un minuto. En esta ocasión tratamos el asunto de los momentos Soros, entendidos como aquellas situaciones en las que todo el mercado se opone a una autoridad monetaria para demostrarle quién tiene la razón.

Veamos algunos ejemplos de momentos Soros de la historia, uno clásico (y que dio nombre a este tipo de situaciones), uno reciente (Banco Central de Rusia) y uno que puede darse en los próximos meses (en el cambio EURCHF).

 

El origen de todo: George Soros doblega al Banco de Inglaterra
En la City nadie olvida la fecha del 16 de septiembre de 1992, el miércoles Negro. En esa fecha los especuladores hundieron la libra y forzaron a las autoridades británicas a salirse del Mecanismo Europeo de Cambio (ERM por sus siglas en inglés). Y la culpa de toda esto parece ser de un conocido especulador de origen húngaro llamado George Soros (aunque las malas lenguas dicen que en su gesta le ayudaron muchos otros bancos). Con esta operación se embolsó nada menos que algo más de 1.400 millones de dólares para él solito en tan solo 24 horas, ahí es nada.

Pero empecemos por el principio: mucho antes de que se gestara el ECU y, posteriormente nuestro actual Euro, en 1979 se creó en Europa el denominado ERM (Exchange Rate Mechanism) por el que algunos países europeos acordaban establecer un tipo de cambio fijo de sus divisas con respecto al marco alemán con una banda de fluctuación del +/-6%. El problema de este esquema de tipo de cambio fijo es que implica que todos los bancos centrales implicados en el asunto deben intervenir continuamente en el mercado para mantener dicho rango. Dado que en aquella época aún no existía el Banco Central Europeo, cada banco central era libre intervenir como deseara, ya fuera comprando o vendiendo reservas, o modificando tipos de interés.

La cuestión es que en 1990, la situación económica de Reino Unido no era la mejor del mundo: se encontraba inmerso en una situación de alta inflación, baja productividad y exportaciones poco competitivas por lo que no tenían mucha gana de unirse al ERM pues ello limitaría su capacidad de acción. Sin embargo la entrada al poder de los laboristas desbancando a Margaret Thatcher logró que finalmente se uniera en octubre de 1990, con un cambio de 2.95 marcos por libra, estableciendo así una banda de fluctuación entre 2.78 y 3.13 marcos por libra.

La cosa no funcionó mal del todo entre 1990 y 1992: tanto la inflación como los tipos de interés bajaron y el paro se redujo hasta niveles históricamente bajos. Sin embargo, en 1992 la recesión económica mundial toco de lleno a la economía británica y el paro se disparó del 7% a casi el 13%.

En esa situación, una economía que hubiera estado fuera del ERM podría haber bajado tipos agresivamente pero al estar dentro de dicho mecanismo habría supuesto salirse de las bandas de fluctuación y, por ende, del ERM. En definitiva, una situación con pocos visos de solucionarse ya que no había opciones a las que agarrarse y mientras tanto la economía estaba inmersa en una recesión.

Evidentemente estaba claro que el error que había cometido Reino Unido fue entrar en el ERM a un tipo de cambio demasiado alto, lo que le daba poco margen de maniobra para bajar tipos. Además no contaban con que el 25 de agosto el Bundesbank anunciaría que podría producirse una reordenación del ERM; en días posteriores el Bundesbank siguió con la presión avisando de que la libra corría el peligro de quedarse fuera del sistema.

Mientras tanto, en los últimos meses, George Soros había advertido el error de las autoridades británicos y había construido una posición apalancada por valor de 1.500 millones de dólares apostando por una fuerte caída de la libra esterlina, así que las declaraciones del Bundesbank eran un regalo para sus oídos, que veía como el Banco de Inglaterra comenzaba a perder credibilidad. A comienzos de septiembre, Stanley Druckenmiller (por cierto, otro trader de renombre que se formó en el Quantum Fund de Soros) le preguntó si incrementaba la apuesta contra la libra. Soros respondió claramente: ¡Ve a la yugular! Druckenmiller no se lo pensó dos veces e incrementó la posición de 1.500 a 10.000 millones de dólares en posiciones vendidas de libras.

El 16 de septiembre los funcionarios del Tesoro británico vieron como en la apertura de los mercados europeos miles de millones de dólares eran comprados contra libras esterlinas hundiendo el cambio GBPDEM y poniéndoles contra las cuerdas al alcanzar la parte inferior de la banda de fluctuación del ERM. Tras intervenir varias veces comprando libras en vano, lo único que les quedaba era subir tipos de interés, algo a lo que John Major, primer ministro en ese momento, se opuso en un primer momento por cuanto las consecuencias serían muy dañinas para su popularidad… ah y también para la economía. Finalmente tuvo que ceder y subieron tipos del 10% al 12%; poco después, al no tener efecto la medida, subieron tipos del 12% al 15%. Lógicamente cualquiera con sentido común sabía que subir tipos en 500 puntos básicos en tan corto espacio de tiempo indicaba que el Banco de Inglaterra se había quedado sin munición e iba a la desesperada. En todo caso, como se suele decir, una imagen vale más que mil palabras:

Finalmente por la tarde, las autoridades británicas se rendían y anunciaban la salida del ERM pasando la libra a moverse en flotación libre. En total ese día la libra perdió el 15% de su valor frente al marco alemán y el 25% frente al dólar. Por su parte el Gobierno británico perdió 3.300 millones de libras de las arcas públicas mientras defendía su moneda, en una batalla que estaba de antemano perdida.

Un momento Soros actual: el Banco Central de Rusia
En estos momentos se está viviendo un momento Soros también en el rublo, el cual se ha depreciado un 85% frente al euro y casi un 100% frente al dólar. Los motivos son de sobra conocidos: la fuerte caída del petróleo va a tener un impacto muy negativo en una economía como la rusa, muy ligada a los ingresos obtenidos de la venta del oro negro. De hecho el Banco Central Ruso ya ha advertido que de mantenerse estos niveles de precios en el Brent, la economía rusa se podría contraer un 4.5%.

En los últimos días el Banco Central de Rusia ha intentado frenar los ataques contra su divisa, algo totalmente lógico si tenemos en cuenta que al cambiar los ingresos en dólares derivados del petróleo a rublos, estos cada vez valen menos. Sin embargo los intentos de la gobernadora Nabiullina por detener la sangría han resultado de momento inútiles: las primeras medidas adoptadas han sido las de subir tipos agresivamente en dos ocasiones: una el pasado 11 de diciembre (100 puntos básicos) y otra ya a la desesperada el 15 de diciembre, subiendo tipos del 10.5% al 17%. Por supuesto, como podéis ver en el gráfico las medidas fueron inútiles y esto empieza a recordar mucho a lo que le pasó al Banco de Inglaterra con Soros. El mercado es todo uno contra el rublo y contra eso hay poco que hacer.

 

No obstante, las últimas medidas de venta de reservas adoptadas ayer  (aseguran contar con 7.000 millones de dólares listos para vender) y el cierre de la negociación en varios brokers (no hay suficiente liquidez en el mercado y la volatilidad y las horquillas son extremas) han frenado de momento la subida del USDRUB. No obstante, no descartaría más subidas en el futuro de este par, hundiendo aún más el rublo y poniendo las cosas al límite, pudiendo incluso plantearse un control de salida de capitales en Rusia si la cosa se pusiera muy negra (sería una especie de corralito).

Y un momento Soros que ha podido ser y de momento no es
Como recordarán, el Swiss National Bank (SNB) impuso un suelo en 1.2000 para el cambio EURCHF en septiembre de 2011. Sin embargo, tras varias especulaciones en los últimos tres años de que se suelo pudiera incluso subir más, el mercado considera que ese valor no se corresponde con los fundamentales de las economías implicadas en ese par: por un lado, tenemos una Eurozona pensándose lanzar una QE a gran escala; por otro lado, tenemos una economía suiza que está resistiendo mejor el envite de la crisis que los países de su entorno y con un riesgo de deflación mucho menor que el de la Eurozona.

Así las cosas, el mercado está desafiando ese nivel de 1.2000 y, aunque el SNB tiene varios miles de millones de euros a la compra en esos niveles, una rotura de ese nivel haría saltar en cadena miles de stops de venta y pondría en una situación bastante difícil al SNB, cuya credibilidad se vería comprometida.

Según estaba pensando escribir este artículo esta semana, hoy mismo el SNB ha decidido imponer tipos negativos en los depósitos por sorpresa, bajando hasta el -0.25%, una medida que de hecho se esperaba ya de hace tiempo (incluso se esperaba que se adoptará el pasado 10 de diciembre en su reunión de política monetaria). Lógicamente el EURCHF ha rebotado hasta casi los 1.2100 francos por euro pero el impulso no ha durado mucho (ahora mismo se mueve en los entornos de 1.2035) por lo que me temo que en el SNB las vacaciones navideñas van a ser más cortas de lo habitual.

 

En todo caso, háganme caso y sean prudentes: no se metan en estas guerras, aunque lo más probable es que el mercado termine por doblegar al SNB y tenga que rebajar el suelo o quitarlo, nunca se sabe qué as pueden tener escondido en la manga.

 

Saludos,
X-Trader

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