La diversificación junto con el análisis de la solvencia de una empresa han de ir siempre de la mano y constituyen una herramienta indispensable para cualquier inversor.
PARTE IV: ANALIZANDO LA SOLVENCIA – EXTREMANDO LA SEGURIDAD
Ya hemos visto en el apartado anterior que las acciones “Valor” presentan un comportamiento mucho mejor que las acciones “Crecimiento” a largo plazo. Así mismo, hemos visto que podemos aprovecharnos de las ineficiencias del mercado, de tal forma que cuando una acción ha caído mucho y se produce una brecha entre valor y precio, tenemos una gran oportunidad de compra. Estas estrategias han demostrado ser útiles a lo largo de los años y en diversos entornos económicos y bursátiles.
Sin embargo, no debemos olvidar que el riesgo está siempre presente. No voy a discutir ahora métodos de Money Management ni de gestión de carteras. Todos conocemos montones de libros sobre el tema. Lo que voy a hacer es comentar un sencillo método que nos permita minimizar el riesgo empresa. ¿Quiere decir esto que utilizando dicho método ya no es necesario diversificar? Por supuesto que NO.
La diversificación es una herramienta indispensable para cualquier inversor. El método que vamos a estudiar ahora no es infalible. Además, vamos a comprar acciones de empresas con problemas. Nuestros cálculos pueden fallar y estos problemas podrían aumentar de tal manera que la empresa quiebre. Por tanto, la diversificación y el análisis de la solvencia de una empresa han de ir siempre de la mano.
Bueno, como no pretendo inventar la rueda, os pongo una serie de ratios financieros clásicos que todos conocéis. Son los típicos (ya lo sé) pero también sé que son muy prácticos y sencillos de comprender.
1. Ratio de tesorería: indica la capacidad de hacer frente a las obligaciones de pago a corto plazo sin tener que realizar las existencias. Cuanto mayor sea, mejor.
2. Ratio de liquidez o Current Ratio: indica la capacidad de hacer frente a las obligaciones de pago a corto plazo, en base a la realización del circulante. Lo óptimo es que sea superior a 2 pero inferior a 5 (aunque esto último dependerá en gran medida del sector en el que se encuentre la empresa).
3. Ratio de autonomía financiera: indica el grado de autofinanciación de la compañía. Cuanto mayor sea, mejor.
4. Ratio de endeudamiento: indica la relación entre la financiación propia y la ajena, para mostrar el potencial de obtención de nueva financiación por parte de la empresa. Cuanto menor sea, mejor.
5. Ratio de estabilidad: indica la estructura de financiación del inmovilizado. Cuanto menor sea, mejor.
6. A estos ratios podríamos añadir el Ratio de Coeficiente de Garantía, que indica la relación entre el activo real y el pasivo exigible. Cuanto mayor sea, mejor.
Conclusiones
Los ratios presentados no son más que una breve introducción. Cualquiera de nosotros puede encontrar por internet cientos de webs con muchos ratios, buenas explicaciones, ejemplos, etc. Cada uno de nosotros debería crearse una batería de ratios tal, que nos permita conocer – de una forma global – la salud financiera de la empresa.
Quinito
(Continuará…)