La Historia de Nick el Griego. Lecciones para los Traders

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Finaliza ya el verano y es hora de arrancar de nuevo los motores tras las vacaciones. Y que mejor manera de arrancar el nuevo curso con un ameno artículo inspirado en un libro que he leído recientemente: Gambling Secrets of Nick The Greek, de Ted Thackrey, Jr. En el libro se narra la apasionante historia de Nikolaos Dandolos, un conocido jugador de mediados del siglo pasado que se hizo famoso por las enormes fortunas que ganó y perdió, y cuya biografía recuerda por momentos a la del mítico Jesse Livermore o a algunas de las historias incluidas en el Libro Negro de Gordon Geko.

Gambling Secrets of Nick the Greek

A continuación os dejo un resumen de su biografía, a partir de la cual es posible extraer algunas lecciones a tener en cuenta como traders.

Los Orígenes de Nick El Griego

El verdadero nombre de Nick the Greek era Nikolaos Andreas Dandolos. Nacido en la isla de Creta el 27 de abril de 1883 en el seno de una familia acomodada, Nikolaos estudió en el Colegio Evangélico Griego y se licenció en Filosofía.

Cuando tenía 18 años, su abuelo le envió a Estados Unidos con una asignación de 150 dólares semanales. Inicialmente se instaló en Chicago, pero acaba trasladándose a Montreal, donde empieza a hacer sus primeros pinitos en el mundo de las apuestas con las carreras de caballos, en las que llegó a ganar 500.000 dólares de la época, sin duda una auténtica fortuna.

Sin embargo, poco le duraría el dinero, ya que tras volver a Chicago lo perdió todo jugando a cartas y dados. Precisamente este hecho, el de perder y ganar grandes sumas de dinero en una suerte de montaña rusa financiera, se convertirá en una constante a lo largo de su vida. De hecho, pasó de la riqueza a la pobreza y viceversa en 73 ocasiones, estimándose que ganó y perdió cerca de 500 millones de dólares.

No obstante, con la lección aprendida Nick el Griego se convirtió en un maestro de estos juegos y se convirtió en una de las principales atracciones de los casinos cuando jugaba en ellos.

De hecho, no era raro verle a comienzos del siglo XX en el Casino de Montecarlo, codeándose con la aristocracia europea (incluyendo al rey de España, Alfonso XIII), o miembros de familias millonarias como los Vanderbilt o los Rockefeller.

Arruinándose en el Póker

Entre enero y mayo de 1949, Dandolos jugó una extensa partida de póker contra Johnny Moss, una leyenda de este juego. En la partida, organizada por el mafioso Benny Binion en el Horseshoe Casino, ambos jugaron a la vista del gran público a casi todas las variantes del juego que existían en la época, convirtiéndose en el germen de las actuales World Series of Poker.

Al final de este maratón de cinco meses, Nick terminó con una pérdida estimada de entre 2 y 4 millones de dólares, no quedándole más remedio que aceptar su derrota pronunciando una de las frases más famosas de la historia del póker: “Mr. Moss, tengo que dejarle marchar”.

Nick the Greek vs Johnny Moss

Einstein en Las Vegas

Aunque no está del todo verificado, aparentemente Nick tuvo la oportunidad de acompañar ni más ni menos que al Premio Nobel de Física Albert Einstein en una visita por Las Vegas. Pensando que quizás no le conocerían, Dandolos generalmente presentaba a Einstein a sus amigos jugadores como “el pequeño Al de Princeton”.

La única crónica que existe de este encuentro es la de un periodista un tanto polémico llamado Ted Thackrey, Jr., el cual escribió en 1968 una serie de artículos para el periódico Toledo Blade de Ohio titulada “Secrets of a Master Gambler”. En el cuarto artículo de esta serie Ted hablaba de un jugador apodado Nick el Griego en el que se mencionaba precisamente el episodio de la visita de Einstein.

Posteriormente, Thackrey, inspirándose en ese artículo, publicará el libro que os comentaba al comienzo de este artículo el cual, como curiosidad, incluye una introducción escrita ni más ni menos que por Groucho Marx.

En dicho libro, el autor comenta una anécdota acaecida durante la visita del laureado físico. Tras echar un vistazo a los diferentes juegos existentes en el casino, Einstein se pregunta por qué alguien desearía jugar a juegos en los que tienen tan pocas probabilidades de ganar. De hecho, Einstein afirmaba rotundamente que “nadie podría ganar a la ruleta a menos que robe el dinero de la mesa mientras el crupier no mira”.

Tras esta conversación, Nick se detuvo brevemente en una mesa de ruleta, compró un puñado de fichas, las colocó sobre el rojo y ganó. Posteriormente las apostó de nuevo al rojo dos veces más, ganando de nuevo. Luego cambió las fichas, se embolsó el dinero que había ganado y sonrió al científico. Tras ello, Dandolos le dijo a Einstein:

“¿Alguna pregunta?”
«Una», dijo Einstein
«¿Y es…?»
«Me preguntaba si sería tan amable de lavarme la boca con jabón».

Nick el Griego también conoció a otro premio Nobel de Física: Richard Feynman. Tal y como Feynman explica en su libro autobiográfico Surely You’re Joking, Mr. Feynman!, Nick le confesó cuál era su secreto para ganar grandes cantidades de dinero:

Yo no apuesto en la mesa, sino contra gente que tiene prejuicios e ideas supersticiosas sobre los números de la suerte.

La Relación de Nick el Griego con el Dinero

En el libro de Thackrey aparece una interesante cita en la que Nick explica su relación con el dinero:

El dinero se ha convertido en un sustituto en nuestra sociedad de casi cualquier cosa que podamos nombrar. Incluso para las personas. Es una lástima que tengamos que usarlo para el juego. ¡Aunque es solo una apuesta!

Posiblemente esa falta de miedo y respeto hacia el dinero es la única explicación lógica de los grandes logros que obtuvo en su carrera. La poca importancia que le concedía el dinero se hace patente en esta anécdota: en una partida de póker, Nick ganó 605.000 dólares al mafioso Arnold Rothstein (apodado “The Brain”). Al día siguiente, Rothstein le envió un Rolls Royce como muestra de reconocimiento. Nick se lo devolvió diciendo que no necesitaba un coche.

Los Últimos Días de Nick el Griego

Nick Dandolos fallece el día de Navidad de 1966 en California. Al final de su vida estaba casi arruinado (se dice que la suma total de sus posesiones cabía en una caja de zapatos), por lo que jugaba partidas de póker con límite de 5 dólares.

Cuando un compañero le preguntó cómo era posible que antes jugara por millones y ahora lo hiciera con límites de apuesta tan pequeños, Dandolos respondió: «Hey, lo importante es la acción, ¿no?»

En todo caso, Nick el Griego dejó sin duda un buen recuerdo a sus amigos y allegados, ya que durante su vida donó 20 millones de dólares a diversas organizaciones benéficas, envió a la universidad a 29 hijos de amigos suyos, y pagó anónimamente las facturas de hospital de miles de personas.

La prueba definitiva de la gran cantidad de amistades que hizo a lo largo de su vida fue el fastuoso homenaje que le organizaron para su funeral, acudiendo al evento grandes estrellas del mundo del espectáculo (recordemos que entre sus amigos estaban Frank Sinatra, Telly Savalas u Onassis), así como miembros de la realeza o incluso capos de la mafia.

Qué Podemos Aprender Como Traders de Esta Historia

Sin lugar a duda, la historia de Nikolaos Dandolos resulta fascinante, y aunque a primera vista no lo parezca, contiene algunas enseñanzas que pueden resultar bastante útiles a los traders.

La primera lección que podemos aprender es que resulta fundamental comprender que las pérdidas forman parte del negocio del trading. De hecho, el propio Nick tenía una frase muy apropiada para esto:

Lo mejor que viene después de jugar y ganar, es jugar y perder.

La segunda lección que podemos extraer de la montaña rusa financiera en la que vivía permanentemente Nick es que posiblemente buena parte de las pérdidas se habrían mitigado usando una adecuada gestión del riesgo y retirándose a tiempo de las partidas. A cambio, seguramente sus resultados habrían sido menos espectaculares pero los vaivenes en sus números habrían sido menos salvajes.

Por último, otro error importante que cometió Nick en su trayectoria fue no utilizar la experiencia para aprender de sus errores. Ello generalmente suele ser duro por cuanto exige cambiar de opinión y modificar nuestra forma de hacer las cosas. Sin embargo Nick no actualizaba sus creencias fundamentales sobre el juego y mejorar su forma de hacer apuestas. En su lugar, cuando ganaba, atribuía su éxito a su excelente estrategia, mientras que cuando perdía, se debía todo a la mala suerte. ¿Les suena haberle oído decir esto a algún trader?

Y es que sin duda, la experiencia puede ser un maestro eficaz, pero al final sólo algunos alumnos escuchan con atención a sus profesores.

Para terminar, os dejo una frase de Nick en la que queda muy patente la estrecha conexión existente entre el mundo de las apuestas y el trading:

Recuerde, no es el crupier quien vence al jugador, sino que le da la oportunidad de vencerse a sí mismo.

¿No os recuerda a aquello de que no luchamos contra el mercado, sino contra nosotros mismos…? 😉

Saludos,
X-Trader

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